En Jesucristo Dios mismo ha venido al mundo. Él es la última Palabra de Dios. Oyéndole a él los hombres de todos los tiempos pueden saber quién es Dios y lo que es necesario para su salvación. [6667] Con el Evangelio de Jesucristo la REVELACIÓN de Dios está concluida y completa. Para que la comprendamos, el Espíritu Santo nos introduce cada vez más profundamente en la verdad. En la vida de algunas personas entra la luz de Dios de un modo tan fuerte que ven «los cielos abiertos» (Hch 7,56). Así han surgido los grandes lugares de peregrinación como Guadalupe en México y Lourdes en Francia. Las «revelaciones privadas» de los videntes no pueden mejorar el Evangelio de Cristo. Pero nos pueden ayudar a comprenderlo mejor. Estas revelaciones no son vinculantes para todos. Su veracidad es comprobada por la Iglesia.
NO HABRÁ OTRA REVELACIÓN
66. "La economía cristiana, como alianza nueva y definitiva, nunca pasará; ni hay que esperar otra revelación pública antes de la gloriosa manifestación de nuestro Señor Jesucristo" (DV 4). Sin embargo, aunque la Revelación esté acabada, no está completamente explicitada; corresponderá a la fe cristiana comprender gradualmente todo su contenido en el transcurso de los siglos.
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