lunes, 14 de enero de 2019

101. ¿Por qué tuvo Jesús que redimirnos precisamente en la Cruz?



La Cruz, en la que Jesús inocente fue ajusticiado cruelmente, es  el lugar de la máxima humillación y abandono. Cristo, nuestro  Redentor, eligió la Cruz para cargar con la culpa del mundo y  sufrir el dolor del mundo. De este modo, mediante su amor  perfecto, ha conducido de nuevo el mundo a Dios. [613­617,622623] Dios no nos podía mostrar su amor de un modo más penetrante que  dejándose clavar en la Cruz en la persona del Hijo. La cruz era el  instrumento de ejecución más vergonzoso y más cruel de la Antigüedad.  Los ciudadanos romanos no podían ser crucificados por grandes que  hubieran sido sus culpas. De este modo Dios penetra en lo más profundo  del dolor humano. Desde entonces ya nadie puede decir: «Dios no sabe lo  que yo sufro».

613.   La muerte de Cristo es a la vez el sacrificio pascual que lleva a cabo la redención definitiva de los hombres (cf. 1 Co 5, 7; Jn 8, 34-36) por medio del "Cordero que quita el pecado del mundo" (Jn 1, 29; cf. 1 P 1, 19) y el sacrificio de la Nueva Alianza (cf. 1 Co 11, 25) que devuelve al hombre a la comunión con Dios (cf. Ex 24, 8) reconciliándole con Él por "la sangre derramada por muchos para remisión de los pecados" (Mt 26, 28; cf. Lv 16, 15-16). 

617.   Sua sanctissima passione in ligno crucis nobis justificationem meruit  ("Por su sacratísima pasión en el madero de la cruz nos mereció la justificación"), enseña el Concilio de Trento (DS, 1529) subrayando el carácter único del sacrificio de Cristo como "causa de salvación eterna" (Hb 5, 9). Y la Iglesia venera la Cruz cantando: O crux, ave, spes única ("Salve, oh cruz, única esperanza"; Añadidura litúrgica al himno "Vexilla Regis": Liturgia de las Horas). 

622.   La redención de Cristo consiste en que Él "ha venido a dar su vida como rescate por muchos" (Mt 20, 28), es decir "a amar a los 
suyos [...] hasta el extremo" (Jn 13, 1) para que ellos fuesen "rescatados de la conducta necia heredada de sus padres" (1 P 1, 18). 

623.   Por su obediencia amorosa a su Padre, "hasta la muerte [...] de cruz" (Flp 2, 8), Jesús cumplió la misión expiatoria (cf. Is 53, 10) del Siervo doliente que "justifica a muchos cargando con las culpas de ellos" (Is 53, 11; cf. Rm 5, 19). 
 

1 comentario:

  1. SEIGNEUR JÉSUS, JE T'AIME, TU ES MA FORCE, TOI MON LIBÉRATEUR, LE ROCHER QUI M'ABRITE, TU ES MON DIEU.

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