lunes, 7 de enero de 2019

88. ¿Por qué fue tentado Jesús? ¿Acaso podía ser  tentado realmente?



A la verdadera humanidad de Jesús  pertenece la posibilidad de ser tentado.  Pues en Jesús no tenemos un salvador  «incapaz de compadecerse de nuestras  debilidades, sino que ha sido probado en  todo, como nosotros, menos en el pecado»  (Heb 4,15). [538­540, 566]

538.   Los evangelios hablan de un tiempo de soledad de Jesús en el desierto inmediatamente después de su bautismo por Juan: "Impulsado por el Espíritu" al desierto, Jesús permanece allí sin comer durante cuarenta días; vive entre los animales y los ángeles le servían (cf. Mc 1, 12-13). Al final de este tiempo, Satanás le tienta tres veces tratando de poner a prueba su actitud filial hacia Dios. Jesús rechaza estos ataques que recapitulan las tentaciones de Adán en el Paraíso y las de Israel en el desierto, y el diablo se aleja de él "hasta el tiempo determinado" (Lc 4, 13). 

540.   La tentación de Jesús manifiesta la manera que tiene de ser Mesías el Hijo de Dios, en oposición a la que le propone Satanás y a la que los hombres (cf. Mt 16, 21-23) le quieren atribuir. Por eso Cristo ha vencido al Tentador en beneficio nuestro: "Pues no tenemos un Sumo Sacerdote que no pueda compadecerse de nuestras flaquezas, sino probado en todo igual que nosotros, excepto en el pecado" (Hb 4, 15). La Iglesia se une todos los años, durante los cuarenta días de la Gran Cuaresma, al Misterio de Jesús en el desierto.

566.   La tentación en el desierto muestra a Jesús, humilde Mesías que triunfa de Satanás mediante su total adhesión al designio de salvación querido por el Padre. 

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