lunes, 12 de noviembre de 2018

31. ¿Por qué revela Dios su nombre?


Dios revela su nombre porque quiere que se le pueda  invocar. [203­213, 230­231] Dios no quiere mantenerse en el anonimato. No quiere ser  adorado como un ser meramente sentido o intuido. Dios  quiere ser conocido y ser invocado como el verdadero y el que  actúa. En la zarza ardiente, Dios da a conocer su nombre a  Moisés: JHWH (Éx 3,14). Dios se hace invocable para su  pueblo, pero continúa siendo el Dios escondido, el misterio  presente. Por respeto a Dios el pueblo de Israel no  pronunciaba (ni pronuncia) el nombre de Dios y lo sustituye  por el apelativo Adonai (Señor). Justamente esta palabra es  la que usa el NUEVO TESTAMENTO, cuando glorifica a  Jesús como verdadero Dios: «Jesús es Señor» (Rom 10,9).

203.   Dios se reveló a su pueblo Israel dándole a conocer su Nombre. El nombre expresa la esencia, la identidad de la persona y el sentido 
de su vida. Dios tiene un nombre. No es una fuerza anónima. Comunicar su nombre es darse a conocer a los otros. Es, en cierta manera, comunicarse a sí mismo haciéndose accesible, capaz de ser más íntimamente conocido y de ser invocado personalmente. 

213.   Por tanto, la revelación del Nombre inefable "Yo soy el que soy" contiene la verdad de que sólo Dios ES. En este mismo sentido, ya la traducción de los Setenta y, siguiéndola, la Tradición de la Iglesia han entendido el Nombre divino: Dios es la plenitud del Ser y de toda perfección, sin origen y sin fin. Mientras todas las criaturas han recibido de Él todo su ser y su poseer. Él solo es su ser mismo y es por sí mismo todo lo que es. 

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