domingo, 25 de noviembre de 2018

48. ¿Para qué ha creado Dios el mundo?



«El mundo ha sido creado para la gloria de  Dios» (Concilio Vaticano I). [293­294,319] No hay ninguna otra razón para la Creación más  que el amor. En ella se manifiesta la gloria y el  honor de Dios. Alabar a Dios no quiere decir por  eso aplaudir al Creador. El hombre no es un  espectador de la obra de la Creación. Para él,  «alabar» a Dios significa, juntamente con toda la  Creación, aceptar la propia existencia con  agradecimiento. 489

293.   Es una verdad fundamental que la Escritura y la Tradición no cesan de enseñar y de celebrar: "El mundo ha sido creado para la gloria de Dios" (Concilio Vaticano I: DS 3025). Dios ha creado todas las cosas, explica san Buenaventura, non [...] propter gloriam augendam, sed propter gloriam manifestandam et propter gloriam suam communicandam ("no para aumentar su gloria, sino para manifestarla y comunicarla") (In secundum librum sententiarum, dist. 1, p. 2, a.2, q. 1, concl.). Porque Dios no tiene otra razón para crear que su amor y su bondad: Aperta manu clave amoris creaturae prodierunt ("Abierta su mano con la llave del amor surgieron las criaturas") (Santo Tomás de Aquino, Commentum in secundum librum Sententiarum, 2, prol.) Y el Concilio Vaticano I explica: 

319.   Dios creó el mundo para manifestar y comunicar su gloria. La gloria para la que Dios creó a sus criaturas consiste en que tengan parte en su verdad, su bondad y su belleza. 

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