El hombre debe honrar al Creador en las criaturas y tratarlas con cuidado y responsabilidad. Los hombres, los animales y las plantas tienen el mismo Creador, que por amor los llamó a la existencia. Por ello el amor a los animales es profundamente humano. [344,354] Si bien le está permitido al hombre aprovechar y comer plantas Y animales, no le está permitido, sin embargo, torturar a los animales o mantenerlos de forma impropia a su especie. Esto contradice la dignidad de la Creación tanto como la explotación de la tierra a causa de una codicia ciega.
354. Respetar las leyes inscritas en la creación y las relaciones que derivan de la naturaleza de las cosas es un principio de sabiduría y un fundamento de la moral.
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