El alma es lo que hace a cada hombre ser hombre: su principio vital espiritual, lo más íntimo de su ser. El alma es la causa de que el cuerpo material sea un cuerpo humano vivo. Por el alma el hombre es el ser que puede decir «Yo» y existe ante Dios como individuo inconfundible. [362365, 382] Los hombres son seres corporales y espirituales. El espíritu del hombre es más que una función del cuerpo y no se puede explicar a partir de la constitución material del hombre. La razón nos dice: Tiene que existir un principio espiritual que, unido al cuerpo, no sea, sin embargo, idéntico a éste. Lo llamamos «alma». Aunque el alma no se puede «probar» de modo científico, no se puede comprender al hombre como ser espiritual sin suponer este principio espiritual del hombre, que excede a la materia. 153154, 163
362. La persona humana, creada a imagen de Dios, es un ser a la vez corporal y espiritual. El relato bíblico expresa esta realidad con un lenguaje simbólico cuando afirma que "Dios formó al hombre con polvo del suelo e insufló en sus narices aliento de vida y resultó el hombre un ser viviente" (Gn 2,7). Por tanto, el hombre en su totalidad es querido por Dios
382. El hombre es corpore et anima unus ("una unidad de cuerpo y alma") (GS 14,1). La doctrina de la fe afirma que el alma espiritual e inmortal es creada de forma inmediata por Dios.
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