miércoles, 26 de diciembre de 2018

84. ¿Fue María únicamente un instrumento de Dios?



María fue mucho más que un mero  instrumento pasivo de Dios. También  mediante su asentimiento activo se realizó la  Encarnación de Dios. [493­494,508­511] Al ángel que le dijo que daría a luz al «Hijo del  Altísimo», María le respondió: «Hágase en mí según  tu palabra» (Lc 1,38). La salvación de la humanidad  por medio de Jesucristo comienza por tanto con una  solicitud de Dios, con el consentimiento libre de una  persona, y con un embarazo antes de que María  estuviera casada con José. A través de estos caminos  tan poco comunes, María se convirtió para nosotros  en la «puerta de la Salvación». 479

493.   Los Padres de la tradición oriental llaman a la Madre de Dios "la Toda Santa" (Panaghia), la celebran "como inmune de toda mancha de pecado y como plasmada y hecha una nueva criatura por el Espíritu Santo" (LG 56). Por la gracia de Dios, María ha permanecido pura de todo pecado personal a lo largo de toda su vida

494.   Al anuncio de que ella dará a luz al "Hijo del Altísimo" sin conocer varón, por la virtud del Espíritu Santo (cf. Lc 1, 28-37), María respondió por "la obediencia de la fe" (Rm 1, 5), segura de que "nada hay imposible para Dios": "He aquí la esclava del Señor: hágase en mí según tu palabra" (Lc 1, 37-38). Así, dando su consentimiento a la palabra de Dios, María llegó a ser Madre de Jesús y, aceptando de todo corazón la voluntad divina de salvación, sin que ningún pecado se lo impidiera, se entregó a sí misma por entero a la persona y a la obra de su Hijo, para servir, en su dependencia y con él, por la gracia de Dios, al Misterio de la Redención (cf. LG 56): 
«Ella, en efecto, como dice san Ireneo, "por su obediencia fue causa de la salvación propia y de la de todo el género humano". Por eso, no pocos Padres antiguos, en su predicación, coincidieron con él en afirmar "el nudo de la desobediencia de Eva lo desató la obediencia de María. Lo que ató la virgen Eva por su falta de fe lo desató la Virgen María por su fe". Comparándola con Eva, llaman a María "Madre de los vivientes" y afirman con mayor frecuencia: "la muerte vino por Eva, la vida por María"» (LG 56; cf. Adversus haereses, 3, 22, 4). 

511.  La Virgen María "colaboró por su fe y obediencia libres a la salvación de los hombres" (LG 56). Ella pronunció su "fiat" loco totius humanae naturae ("ocupando el lugar de toda la naturaleza humana") (Santo Tomás de Aquino, S.Th., 3, q. 30, a. 1): Por su obediencia, ella se convirtió en la nueva Eva, madre de los vivientes. 

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