11.
¿Por qué los católicos guardan el Domingo y no el sábado?
OBJECIÓN:
Dt 5, 12-14; Ex 16, 23; Is 66, 23. Dicen que el día del Señor es el sábado.
En
los Mandamientos de la ley de Dios leemos: «Ten en cuenta el sábado para consagrarlo al Señor,
tal como el Señor, tu Dios, te lo ha ordenado. Trabaja seis días y haz en ellos
todo lo que tengas que hacer, pero el séptimo día es día de reposo consagrado
al Señor tu Dios. No hagas ningún trabajo en ese día, ni tampoco tu hijo, ni tu
hija, ni tu esclavo, ni tu esclava, ni tu buey, ni tu asno, ni ninguno de tus
animales, ni el extranjero que vive en tus ciudades, para que tu esclavo y tu
esclava descansen igual que tú» (Dt
5, 12-14).
«Y Moisés les dijo: “eso es lo que el Señor ha ordenado.
Mañana es sábado, un reposo consagrado al Señor. Cocinen hoy lo que tengan que
cocinar y hiervan lo que tengan que hervir, y guarden para mañana todo lo que
sobre”» (Ex 16, 23; cf. Is 66, 23).
La
pregunta es: ¿Por qué entonces los católicos no guardan el sábado?
Esta
cuestión del sábado es bastante antigua. Por lo menos siete veces encontramos
en los evangelios la narración de las polémicas suscitadas entre Cristo y los
fariseos. He aquí las citas de los textos relativos: Mt 12, 1-8; Mc 3, 1-6; 2,
23-28; Lc 6, 1-5; 6, 6-11; 13, 10-17; 14, 1-6. En uno de estos debates, Jesús
concluyó: «… el sábado se hizo para el hombre y no el hombre para el sábado. Por
esto, el Hijo del hombre tiene autoridad también sobre el sábado» (Mc 2, 27-28).
Hay
que tener presente el significado y origen de la palabra Sabbath: descanso, que
alude al septimo día luego de la creación realizada por Dios en seis dìas. Lo importante de este mandamiento es destinar
un día de cada siete para el descanso y el culto.
Los
primeros cristianos comprendieron el verdadero significado de este mandamiento
y, para no crear confusión con la religión judía, escogieron para su descanso
el domingo por ser el día de la Resurrección y de la venida del Espíritu Santo,
que son dos acontecimientos de capital importancia para la vida de los
cristianos. He aquí algunos textos bíblicos que demuestran que el cambio del
día de descanso, del sábado por el domingo, es de origen apostólico:
«El primer día de la semana nos reunimos para
partir el pan, y Pablo estuvo hablando a los creyentes. Como tenía que salir al
día siguiente, prolongó su discurso hasta la media noche» (Hch 20, 7).
«En cuanto a la colecta para los del pueblo santo,
háganla según las instrucciones que di a las Iglesias en la provincia de
Galacia. Los domingos cada uno de ustedes debe apartar algo, según lo que haya
ganado, y guardarlo para que cuando yo llegue no se tengan que hacer colectas» (1Co 16, 1-2).
No
tiene sentido protestar contra el cambio querido por los apóstoles,
refiriéndose al Antiguo Testamento, como si Cristo todavía no hubiera venido a
salvarnos. A este propósito escuchamos la amonestación de Pablo:
«Por lo tanto, que nadie los critique a ustedes por
lo que comen o beben, o por cuestiones tales como días de fiesta, lunas nuevas
o sábados. Todo esto no es más que la sombra de lo que ha de venir, pero la
verdadera realidad es Cristo»
(Col 2, 16-17).
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