¿ERES OBSESIVA?
Es muy común
encontrar conductas obsesivas en
el género femenino; todos tenemos algo de obsesión, pero es importante
distinguir entre lo normal y el trastorno de conducta obsesivo compulsivo, enfermedad
de carácter psiquiátrico. Se dice que una mujer es obsesiva si se casa con una idea, comúnmente negativa, y
la saca a flote en sus conversaciones,
repercute en sus juicios y la lleva a
una determinada conducta.
Investigaciones realizadas en el Hospital de
Bellvitge en Barcelona, en colaboración con expertos del Hospital del Mar y la
Universidad de Melbourne (Australia), han comprobado que las personas con trastorno obsesivo
compulsivo poseen una mayor sensibilidad moral. Además distingue 3 tipos
de trastornos de este tipo:
1. Personas de pensamientos persistentes que les produce temor o
preocupación y los llevan a conductas repetitivas, denominadas compulsiones,
dirigidas a reducir la ansiedad. Por ejemplo la obsesión de contaminación y la
compulsión de limpieza; duda de haber realizado correctamente alguna acción
importante y eso lleva a comprobar reiteradamente si han realizado dichas
acción.
2. Otros tipos de obsesiones y compulsiones, es la de las personas que
necesitan que los objetos de su alrededor estén perfectamente ordenados y en
simetría; en este orden están los que acumulan y esconden diversos tipos de
objetos de los que no se pueden desprender.
3.
Por último, hay
también personas con pensamientos involuntarios e indeseados de tipo sexual y
agresivo. En el otro extremo están los que se experimentan sucios, pecadores,
blasfemos, indeseable y rechazados. "Este último grupo de pacientes se
identifica precisamente por ser de los que presentan un mayor grado de hipersensibilidad moral".
A
partir de este estudio podemos entender porque hay mujeres que son
excesivamente cuidadosas del marido, los hijos, la casa… eso las lleva a vigilar, espiar y desconfiar de la gente. Algunas
mujeres en el ámbito laboral son muy eficientes en su área pero sumamente
difíciles en el trato con los demás pues se tornan vigilantes y controladoras;
delegan pero con desconfianza y hasta llegan a creer que nadie puede hacer las
cosas como ellas.
Otras
obsesivas son las que quieren todo en orden: la casa, los hijos, el
marido, todo muy alineado y cuando las
cosas salen de este orden se tornan nerviosas, tiene mirada crítica y siempre encuentran el hilo
negro de la situación. Ni hablar de las que en este plano acumulan ropa, zapatos, trastes, cobijas, bolsas etc.
Con la idea de que en algún momento lo van
a necesitar y les resulta molesto tener que prestar o desprenderse de
las cosas.
Por
último hay mujeres obsesivas en el ámbito sexual con afición a la pornografía;
las prácticas sexuales antinaturales. En otro extremo está el sentirse pecadora,
indigna, no merecedora pero de modo insano, de modo que queda reducida y
apocada, sin voluntad para superarse.
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