Los cinco «mandamientos de la Iglesia» con
sus exigencias de mínimos quieren recordar
que no hay vida cristiana sin esfuerzo
moral, sin participación concreta en la vida
sacramental de la Iglesia y sin la
vinculación solidaria con ella. Son
obligatorios para todo cristiano católico.
[2041, 2048]
2041. Los mandamientos de la Iglesia se sitúan en la línea de una vida
moral referida a la vida litúrgica y que se alimenta de ella. El carácter
obligatorio de estas leyes positivas promulgadas por la autoridad
eclesiástica tiene por fin garantizar a los fieles el mínimo
indispensable en el espíritu de oración y en el esfuerzo moral, en el
crecimiento del amor de Dios y del prójimo.
2048. Los mandamientos de la Iglesia se refieren a la vida moral y
cristiana, unida a la liturgia, y que se alimenta de ella.
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