La misión de la Iglesia es hacer brotar y crecer en todos los pueblos el reino de Dios, que ha comenzado ya con Jesús. [763769,774776,780] Allí donde estuvo Jesús, el cielo tocó la tierra: Comenzaba el reino de Dios, un reino de paz y justicia. La Iglesia sirve a este reino de Dios. No es un fin en sí misma. Tiene que continuar lo que ha comenzado con Cristo. Debe actuar como lo haría Jesús. Continúa realizando los signos sagrados de Jesús ( SACRAMENTOS). Transmite las palabras de Jesús. Por eso la Iglesia, con todas sus debilidades, es realmente un fragmento de cielo en la tierra.
763. Corresponde al Hijo realizar el plan de Salvación de su Padre, en la plenitud de los tiempos; ese es el motivo de su "misión" (cf. LG 3; AG 3). "El Señor Jesús comenzó su Iglesia con el anuncio de la Buena Noticia, es decir, de la llegada del Reino de Dios prometido desde hacía siglos en las Escrituras" (LG 5). Para cumplir
la voluntad del Padre, Cristo inauguró el Reino de los cielos en la tierra. La Iglesia es el Reino de Cristo "presente ya en misterio" (LG 3)
769. La Iglesia "sólo llegará a su perfección en la gloria del cielo" (LG 48), cuando Cristo vuelva glorioso. Hasta ese día, "la Iglesia avanza en su peregrinación a través de las persecuciones del mundo y de los consuelos de Dios" (San Agustín, De civitate Dei 18, 51; cf. LG 8). Aquí abajo, ella se sabe en exilio, lejos del Señor (cf. 2Co 5, 6; LG 6), y aspira al advenimiento pleno del Reino, "y espera y desea con todas sus fuerzas reunirse con su Rey en la gloria" (LG 5). La consumación de la Iglesia en la gloria, y a través de ella la del mundo, no sucederá sin grandes pruebas. Solamente entonces, "todos los justos descendientes de Adán, ‗desde Abel el justo hasta el último de los elegidos‘ se reunirán con el Padre en la Iglesia universal" (LG 2).
776. Como sacramento, la Iglesia es instrumento de Cristo. Ella es asumida por Cristo ―como instrumento de redención universal‖ (LG 9), ―sacramento universal de salvación‖ (LG 48), por medio del cual Cristo ―manifiesta y realiza al mismo tiempo el misterio del amor de Dios al hombre‖ (GS 45, 1). Ella ―es el proyecto visible del amor de Dios hacia la humanidad‖ (Pablo VI, Discurso a los Padres del Sacro Colegio Cardenalicio, 22 junio 1973) que quiere ―que todo el género humano forme un único Pueblo de Dios, se una en un único Cuerpo de Cristo, se coedifique en un único templo del Espíritu Santo‖ (AG 7; cf. LG 17).
780. La Iglesia es, en este mundo, el sacramento de la salvación, el signo y el instrumento de la comunión con Dios y entre los hombres.
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