lunes, 4 de febrero de 2019

107.¿ Volvió Jesús por la Resurrección al estado corporal que tenia  durante su vida terrena?



El Señor resucitado se dejó tocar por sus discípulos,  comió con ellos y les enseñó las heridas de la Pasión. Sin  embargo, su cuerpo ya no pertenece únicamente a la  tierra, sino al ámbito divino del Padre [645­646]

Cristo resucitado, que lleva las heridas del Crucificado, ya no  está ligado al tiempo y al espacio. Podía pasar a través de  puertas cerradas y aparecerse en lugares diferentes y bajo una  forma en la que no lo reconocían inmediatamente. La  Resurrección de Cristo no fue por tanto un retorno a la vida  terrena normal, sino la entrada en un nuevo modo de ser: «Pues  sabemos que Cristo, una vez resucitado de entre los muertos, ya  no muere más; la muerte ya no tiene dominio sobre él» (Rom  6,9).

645.   Jesús resucitado establece con sus discípulos relaciones directas mediante el tacto (cf. Lc 24, 39; Jn 20, 27) y el compartir la comida (cf. Lc 24, 30. 41-43; Jn 21, 9. 13-15). Les invita así a reconocer que él no es un espíritu (cf. Lc 24, 39), pero sobre todo a que comprueben que el cuerpo resucitado con el que se presenta ante ellos es el mismo que ha sido martirizado y crucificado, ya que sigue llevando las huellas de su pasión (cf. Lc 24, 40;  Jn 20, 20. 27). Este cuerpo auténtico y real posee sin embargo al mismo tiempo, las propiedades nuevas de un cuerpo glorioso: no está situado en el espacio ni en el tiempo, pero puede hacerse presente a su voluntad donde quiere y cuando quiere (cf. Mt 28, 9. 16-17; Lc 24, 15. 36; Jn 20, 14. 19. 26; 21, 4) porque su humanidad ya no puede ser retenida en la tierra y no pertenece ya más que al dominio divino del Padre (cf. Jn 20, 17). Por esta razón también Jesús resucitado es soberanamente libre de aparecer como quiere: bajo la apariencia de un jardinero (cf. Jn 20, 1415) o "bajo otra figura" (Mc 16, 12) distinta de la que les era familiar a los discípulos, y eso para suscitar su fe (cf. Jn 20, 14. 16; 21, 4. 7). 

646.   La Resurrección de Cristo no fue un retorno a la vida terrena como en el caso de las resurrecciones que él había realizado antes de Pascua: la hija de Jairo, el joven de Naím, Lázaro. Estos hechos eran acontecimientos milagrosos, pero las personas afectadas por el milagro volvían a tener, por el poder de Jesús, una vida terrena "ordinaria". En cierto momento, volverán a morir. La Resurrección de Cristo es esencialmente diferente. En su cuerpo resucitado, pasa del estado de muerte a otra vida más allá del tiempo y del espacio. En la Resurrección, el cuerpo de Jesús se llena del poder del Espíritu Santo; participa de la vida divina en el estado de su gloria, tanto que san Pablo puede decir de Cristo que es "el hombre celestial" (cf. 1 Co 15, 35-50). 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario