El principio de la democracia es: todo poder emana del pueblo. Pero en la Iglesia todo poder emana de Cristo. por eso la Iglesia tiene una constitución jerárquica. Al mismo tiempo Cristo le otorgó, sin embargo, una estructura colegial. [874879] El elemento jerárquico en la Iglesia consiste en que es el mismo Cristo quien actúa en ella cuando los ministros sagrados por gracia de Dios hacen y dan lo que no podrían hacer ni dar por sí mismos, es decir, cuando dispensan, en lugar de Cristo, los SACRAMENTOS y enseñan con su autoridad. El elemento colegial en la Iglesia consiste en que Cristo ha confiado la totalidad de la fe a una comunidad de doce APÓSTOLES, cuyos sucesores, bajo el primado de Pedro, dirigen la Iglesia. Partiendo de este enfoque colegial los concilios son un elemento irrenunciable de la Iglesia. Pero también en otros órganos colegiados de la Iglesia, en sínodos y consejos, pueden fructificar la multitud de los dones del Espíritu y la universalidad de la Iglesia de todo el mundo.
874. El mismo Cristo es la fuente del ministerio en la Iglesia. Él lo ha instituido, le ha dado autoridad y misión, orientación y finalidad:
«Cristo el Señor, para dirigir al Pueblo de Dios y hacerle progresar siempre, instituyó en su Iglesia diversos ministerios que están ordenados al bien de todo el Cuerpo. En efecto, los ministros que posean la sagrada potestad están al servicio de sus hermanos para que todos los que son miembros del Pueblo de Dios [...] lleguen a la salvación» (LG 18).
879. El ministerio sacramental en la Iglesia es, pues, un servicio colegial y personal a la vez, ejercido en nombre de Cristo. Esto se verifica en los vínculos entre el colegio episcopal y su cabeza, el sucesor de san Pedro, y en la relación entre la responsabilidad pastoral del obispo en su Iglesia particular y la común solicitud del colegio episcopal hacia la Iglesia universal.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario