El origen más hondo de la LITURGIA es Dios, en quien
existe una fiesta eterna y celestial del amor: la fiesta de la
alegría del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Puesto que
Dios es amor, quiere hacernos partícipes de la celebración
de su alegría y regalarnos su BENDICIÓN. [10771109]
Nuestros actos de culto terrenos tienen que ser celebraciones llenas
de belleza y energía.
Celebraciones del Padre, que nos ha creado, por eso los dones de la
tierra tienen un papel tan importante: el pan, el vino, el aceite y la
luz, el perfume del incienso, música divina y colores espléndidos.
Celebraciones del Hijo, que nos ha salvado, por eso nos alegramos
de nuestra liberación, respiramos hondamente escuchando la
Palabra, nos fortalecemos al comer los dones eucarísticos.
Celebraciones del Espíritu Santo, que vive en nosotros, por eso la
riqueza desbordante de consuelo, conocimiento, valor, fuerza y
BENDICIÓN que brota de las asambleas sagradas. 179
1077. "Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que
nos ha bendecido con toda clase de bendiciones espirituales, en los
cielos, en Cristo; por cuanto nos ha elegido en él antes de la creación
del mundo, para ser santos e inmaculados en su presencia, en el amor;
eligiéndonos de antemano para ser sus hijos adoptivos por medio de
Jesucristo, según el beneplácito de su voluntad, para alabanza de la
gloria de su gracia con la que nos agració en el Amado" (Ef 1,3-6).
1109. La Epíclesis es también oración por el pleno efecto de la
comunión de la asamblea con el Misterio de Cristo. "La gracia de
nuestro Señor Jesucristo, el amor de Dios Padre y la comunión del
Espíritu Santo" (2 Co 13,13) deben permanecer siempre con nosotros
y dar frutos más allá de la celebración eucarística. La Iglesia, por
tanto, pide al Padre que envíe el Espíritu Santo para que haga de la
vida de los fieles una ofrenda viva a Dios mediante la transformación
espiritual a imagen de Cristo, la preocupación por la unidad de la
Iglesia y la participación en su misión por el testimonio y el servicio
de la caridad.
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