El domingo es el centro del tiempo cristiano,
porque en el domingo celebramos la
Resurrección de Jesucristo y cada domingo
es una fiesta de Pascua en pequeño. [1163
1167,1193]
Si el domingo es menospreciado o eliminado sólo
quedan días laborables en la semana. El hombre,
que ha sido creado para la alegría, acaba como
animal de trabajo y consumista idiotizado. En la
tierra debemos aprender a celebrar como es
debido, de lo contrario no sabremos qué hacer con
el cielo. En el cielo se da el domingo sin fin. 104
107.
1163. «La santa Madre Iglesia considera que es su deber celebrar la
obra de salvación de su divino Esposo con un sagrado recuerdo, en
días determinados a través del año. Cada semana, en el día que llamó
"del Señor", conmemora su resurrección, que una vez al año celebra
también, junto con su santa pasión, en la máxima solemnidad de la
Pascua. Además, en el ciclo del año desarrolla todo el Misterio de
2502
512
2659, 2836
1085
2174-2188
1343
Cristo. [...] Al conmemorar así los misterios de la redención, abre la
riqueza de las virtudes y de los méritos de su Señor, de modo que se
los hace presentes en cierto modo, durante todo tiempo, a los fieles
para que los alcancen y se llenen de la gracia de la salvación"
(SC 102).
1167. El domingo es el día por excelencia de la asamblea litúrgica,
en que los fieles "deben reunirse para, escuchando la Palabra de Dios
y participando en la Eucaristía, recordar la pasión, la resurrección y la
gloria del Señor Jesús y dar gracias a Dios, que los hizo renacer a la
esperanza viva por la resurrección de Jesucristo de entre los muertos»
(SC 106):
«Cuando meditamos, [oh Cristo], las maravillas que fueron realizadas en
este día del domingo de tu santa y gloriosa Resurrección, decimos:
Bendito es el día del domingo, porque en él tuvo comienzo la Creación
[...] la salvación del mundo [...] la renovación del género humano [...] en
él el cielo y la tierra se regocijaron y el universo entero quedó lleno de
luz. Bendito es el día del domingo, porque en él fueron abiertas las
puertas del paraíso para que Adán y todos los desterrados entren en él sin
temor» (Fanqîth, Breviarium iuxta ritum Ecclesiae Antiochenae Syrorum,
v 6 [Mossul 1886] p. 193b).
1193. El domingo, "día del Señor", es el día principal de la
celebración de la Eucaristía porque es el día de la Resurrección. Es el
día de la asamblea litúrgica por excelencia, el día de la familia
cristiana, el día del gozo y de descanso del trabajo. Él es "fundamento
y núcleo de todo el año litúrgico" (SC 106).
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