Es el mismo Cristo, el Señor, quien celebra en todas las
LITURGIAS terrenas la LITURGIA celestial, que
abarca a ángeles y hombres, a vivos y difuntos, pasado,
presente y futuro, cielo y tierra. Los PRESBÍTEROS y
los fieles participan en la celebración litúrgica de
Cristo de diferente manera. [11361139]
En las celebraciones litúrgicas debemos prepararnos
interiormente para la grandeza de lo que allí sucede. Aquí y
ahora está presente Cristo, y con él todo el cielo. Allí están
todos llenos de una alegría indecible y al mismo tiempo de
amorosa preocupación por nosotros. El último libro de la
Sagrada Escritura, el Apocalipsis, nos describe en imágenes
misteriosas esta Liturgia celestial, a la que unimos nuestra
voz aquí en la tierra. 170
1136. La Liturgia es "acción" del "Cristo total" (Christus totus). Los
que desde ahora la celebran participan ya, más allá de los signos, de la
liturgia del cielo, donde la celebración es enteramente comunión y
fiesta.
1137. El Apocalipsis de san Juan, leído en la liturgia de la Iglesia,
nos revela primeramente que "un trono estaba erigido en el cielo y
Uno sentado en el trono" (Ap 4,2): "el Señor Dios" (Is 6,1; cf. Ez 1,26-
28). Luego revela al Cordero, "inmolado y de pie" (Ap 5,6; cf. Jn
1,29): Cristo crucificado y resucitado, el único Sumo Sacerdote del
santuario verdadero (cf. Hb 4,14-15; 10, 19-21; etc.), el mismo "que
ofrece y que es ofrecido, que da y que es dado" (Liturgia Bizantina.
Anaphora Iohannis Chrysostomi). Y por último, revela "el río de agua
de vida [...] que brota del trono de Dios y del Cordero" (Ap 22,1), uno
de los más bellos símbolos del Espíritu Santo (cf. Jn 4,10-14; Ap
21,6).
1139. En esta liturgia eterna el Espíritu y la Iglesia nos hacen
participar cuando celebramos el Misterio de la salvación en los
sacramentos.
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