En la celebración litúrgica el tiempo se
convierte en tiempo para Dios.
A menudo no sabemos qué hacer con nuestro
tiempo y nos buscamos un pasatiempo. En la
Liturgia el tiempo se vuelve muy denso, porque
cada segundo está lleno de sentido. Cuando
celebramos el culto, experimentamos que Dios ha
santificado el tiempo y que ha hecho de cada
segundo un acceso a la eternidad.
1189. La celebración litúrgica comprende signos y símbolos que se
refieren a la creación (luz, agua, fuego), a la vida humana (lavar,
ungir, partir el pan) y a la historia de la salvación (los ritos de la
Pascua). Insertos en el mundo de la fe y asumidos por la fuerza del
Espíritu Santo, estos elementos cósmicos, estos ritos humanos, estos
gestos del recuerdo de Dios se hacen portadores de la acción salvífica
y santificadora de Cristo.
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