La forma clásica de administrar el Bautismo es sumergir
al bautizando tres veces en el agua. No obstante, en la
mayoría de los casos se derrama tres veces agua sobre la
cabeza, al tiempo que quien administra el sacramento
dice: «N., yo te bautizo en nombre del Padre, del Hijo y
del Espíritu Santo». [12291245, 1278]
El agua simboliza purificación y nueva vida, lo que ya se
expresaba en el bautismo de conversión de Juan el Bautista. El
Bautismo que se administra con agua en «nombre del Padre y
del Hijo y del Espíritu Santo» es más que un signo de
conversión y penitencia, es nueva vida en Cristo. Por eso se
añaden también los signos de la unción, la vestidura blanca y la
vela del bautismo
1229. Desde los tiempos apostólicos, para llegar a ser cristiano se
sigue un camino y una iniciación que consta de varias etapas. Este
camino puede ser recorrido rápida o lentamente. Y comprende siempre
algunos elementos esenciales: el anuncio de la Palabra, la acogida del
Evangelio que lleva a la conversión, la profesión de fe, el Bautismo, la
efusión del Espíritu Santo, el acceso a la comunión eucarística.
1245. La bendición solemne cierra la celebración del Bautismo. En el
Bautismo de recién nacidos, la bendición de la madre ocupa un lugar
especial.
1278. El rito esencial del Bautismo consiste en sumergir en el agua
al candidato o derramar agua sobre su cabeza, pronunciando la
invocación de la Santísima Trinidad, es decir, del Padre, del Hijo y
del Espíritu Santo.
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