Cristo está misteriosa pero realmente presente
en el SACRAMENTO de la EUCARISTÍA.
Cada vez que la Iglesia realiza el mandato de
Jesús «Haced esto en memoria mía» (1 Cor
11,25), parte el pan y ofrece el cáliz, sucede hoy
lo mismo que sucedió entonces: Cristo se
entrega verdaderamente por nosotros y
nosotros tomamos realmente parte en él. El
sacrificio único e irrepetible de Cristo en la
cruz se hace presente sobre el altar; se realiza la
obra de nuestra redención. [13621367]
1362. La Eucaristía es el memorial de la Pascua de Cristo, la
actualización y la ofrenda sacramental de su único sacrificio, en la
liturgia de la Iglesia que es su Cuerpo. En todas las plegarias
eucarísticas encontramos, tras las palabras de la institución, una
oración llamada anámnesis o memorial.
1367. El sacrificio de Cristo y el sacrificio de la Eucaristía son,
pues, un único sacrificio: "La víctima es una y la misma. El mismo el
que se ofrece ahora por el ministerio de los sacerdotes, el que se
ofreció a sí mismo en la cruz, y solo es diferente el modo de ofrecer"
(Concilio de Trento: DS 1743). "Y puesto que en este divino sacrificio
que se realiza en la misa, se contiene e inmola incruentamente el
mismo Cristo que en el altar de la cruz "se ofreció a sí mismo una vez
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613
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de modo cruento"; […] este sacrificio [es] verdaderamente
propiciatorio" (Ibíd).
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