lunes, 6 de mayo de 2019

199. ¿Es realmente el Bautismo el único camino para la salvación? -CATEQUESIS-


Para todos los que han recibido el Evangelio y han conocido que Cristo es  «el camino y la verdad y la vida» (Jn 14,6), el Bautismo es el único acceso a  Dios y a la salvación. Al mismo tiempo es cierto, sin embargo, que Cristo  murió por todos los hombres. Por eso pueden salvarse también quienes no  tuvieron oportunidad de conocer verdaderamente a Cristo ni la fe, pero, con  la ayuda de la gracia, buscan a Dios con un corazón sincero y llevan una  vida según su conciencia (el llamado Bautismo de deseo). [1257­ 1261,1281,1283] Dios ha vinculado la salvación a los SACRAMENTOS. Por ello la Iglesia debe  ofrecerlos incansablemente a los hombres. Abandonar la misión sería traicionar el  encargo de Dios. Pero Dios mismo no está sujeto a los sacramentos. Allí donde la  Iglesia —sea por su culpa o sea por otras razones— no llega o no tiene éxito, Dios  mismo abre a los hombres otros caminos para la salvación en Cristo. 136 

1257. El Señor mismo afirma que el Bautismo es necesario para la salvación (cf. Jn 3,5). Por ello mandó a sus discípulos a anunciar el Evangelio y bautizar a todas las naciones (cf. Mt 28, 19-20; cf. DS 1618; LG 14; AG 5). El Bautismo es necesario para la salvación en aquellos a los que el Evangelio ha sido anunciado y han tenido la posibilidad de pedir este sacramento (cf. Mc 16,16). La Iglesia no conoce otro medio que el Bautismo para asegurar la entrada en la bienaventuranza eterna; por eso está obligada a no descuidar la misión que ha recibido del Señor de hacer "renacer del agua y del Espíritu" a todos los que pueden ser bautizados. Dios ha vinculado la salvación al sacramento del Bautismo, sin embargo, Él no queda sometido a sus sacramentos.

1261. En cuanto a los niños muertos sin Bautismo, la Iglesia sólo puede confiarlos a la misericordia divina, como hace en el rito de las exequias por ellos. En efecto, la gran misericordia de Dios, que quiere que todos los hombres se salven (cf. 1 Tm 2,4) y la ternura de Jesús con los niños, que le hizo decir: "Dejad que los niños se acerquen a mí, no se lo impidáis" (Mc 10,14), nos permiten confiar en que haya un camino de salvación para los niños que mueren sin Bautismo. Por esto es más apremiante aún la llamada de la Iglesia a no impedir que los niños pequeños vengan a Cristo por el don del santo Bautismo.

1283. En cuanto a los niños muertos sin bautismo, la liturgia de la Iglesia nos invita a tener confianza en la misericordia divina y a orar por su salvación.

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