Todos los domingos y fiestas de guardar el católico
está obligado a asistir a la Santa Misa. Quien
busca verdaderamente la amistad de Jesús,
responde, tan a menudo como le es posible, a la
invitación personal de Jesús a este banquete.
[1389,1417]
En realidad el «precepto dominical» es un término tan
impropio para un verdadero cristiano, como el «precepto
del beso» para un auténtico enamorado. Nadie puede
mantener una relación viva con Cristo si no acude allí
donde él nos espera. Por ello, desde los orígenes, la
celebración de la misa es para los cristianos el «corazón
del domingo» y la cita más importante de la semana.
1389. La Iglesia obliga a los fieles "a participar los domingos y días
de fiesta en la divina liturgia" (cf. OE 15) y a recibir al menos una vez
al año la Eucaristía, si es posible en tiempo pascual (cf. CIC can. 920),
preparados por el sacramento de la Reconciliación. Pero la Iglesia
recomienda vivamente a los fieles recibir la santa Eucaristía los
domingos y los días de fiesta, o con más frecuencia aún, incluso todos
los días.
1414. En cuanto sacrificio, la Eucaristía es ofrecida también en
reparación de los pecados de los vivos y los difuntos, y para obtener
de Dios beneficios espirituales o temporales.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario