Normalmente es el OBISPO, un
PRESBÍTERO O un DIÁCONO quien
administra el SACRAMENTO del Bautismo.
En caso de necesidad, cualquier cristiano, e
incluso cualquier persona, puede bautizar,
siempre que derrame agua sobre la cabeza del
candidato diciendo: «Yo te bautizo en el
nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu
Santo». [1256,1284]
El Bautismo es tan importante que incluso un
no cristiano puede bautizar. Sólo tiene que tener la
intención de hacer lo que hace la Iglesia cuando
bautiza.
1256. Son ministros ordinarios del Bautismo el obispo y el presbítero
y, en la Iglesia latina, también el diácono (cf. CIC, can. 861,1; CCEO,
can. 677,1). En caso de necesidad, cualquier persona, incluso no
bautizada, puede bautizar (cf. CIC can. 861, § 2) si tiene la intención
requerida y utiliza la fórmula bautismal trinitaria. La intención
requerida consiste en querer hacer lo que hace la Iglesia al bautizar. La
Iglesia ve la razón de esta posibilidad en la voluntad salvífica
universal de Dios (cf. 1 Tm 2,4) y en la necesidad del Bautismo para la
salvación (cf. Mc 16,16).
1284. En caso de necesidad, toda persona puede bautizar, con tal
que tenga la intención de hacer lo que hace la Iglesia, y que derrame
agua sobre la cabeza del candidato diciendo: "Yo te bautizo en el
nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo".
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