Jesús respeta el SÁBADO, pero al mismo tiempo
se comporta de un modo extremadamente libre y
soberano ante él: «El sábado se hizo para el
hombre y no el hombre para el sábado» (Mc 2,27).
[2173]
El hecho de que Jesús reivindique poder curar en sábado
e interpretar el mandato del sábado de forma
misericordiosa pone a sus contemporáneos judíos ante la
opción: o bien Jesús es el Mesías enviado por Dios, y
entonces es el «señor del sábado» (Mc 2,28), o bien es sólo
un hombre más, entonces su comportamiento ante el
sábado es un pecado contra la ley.
2173. El Evangelio relata numerosos incidentes en que Jesús fue
acusado de quebrantar la ley del sábado. Pero Jesús nunca falta a la
santidad de este día (cf. Mc 1, 21; Jn 9, 16), sino que con autoridad da
la interpretación auténtica de esta ley: ―El sábado ha sido instituido
para el hombre y no el hombre para el sábado‖ (Mc 2, 27). Con
compasión, Cristo proclama que ―es lícito en sábado hacer el bien en
vez del mal, salvar una vida en vez de destruirla‖ (Mc 3, 4). El sábado
es el día del Señor de las misericordias y del honor de Dios (cf. Mt 12,
5; Jn 7, 23). ―El Hijo del hombre es Señor del sábado‖ (Mc 2, 28).
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