Dios nos invita a defender la vida
En la trinidad existente encontramos al Padre, al hijo y al
Espíritu Santo. En esta vez hablaremos al dador de la vida. El Espíritu Santo
es Dios actuando en nuestra alma y vida, es la fuerza, la luz, el aliento, la
paz, el consuelo, el fuego que podemos experimentar en nosotros cuando nos
decidimos darle esa oportunidad a Dios que nos conduzca por verdes praderas.
Jesús es fuente de toda vida y es por ello que siempre como
gran Dios lo que más le importa es la vida del ser humano. Lo que para nosotros
ya no tiene esperanza para El sí y lo podemos revisar en el Evangelio de las
muchas veces que Jesús redimió a muchos pecadores limpiando y perdonando
dándoles una nueva vida que nadie ya se las daba. Si eso lo hace con los que
somos pecadores imaginemos que no hará con los que están en un vientre
queriendo nacer por diversas situaciones exteriores, aunque mucha gente busca
excusas tratando de llamarlo como error.
Los que hemos experimentado al Espíritu Santo podemos decir
que es una acción que trabaja en forma discreta, silenciosa y callada; el mismo
creyente solo intuye una presencia imperceptible que siempre nos lleva a
realizar cosas buenas y luchar por los indefensos. Y es Cristo que no invita a
luchar para dar vida a los hermanos que lo necesitan, luchar por esas almas de
bebes que están un vientre y que si los dejamos nacer también tienen derecho a
esa felicidad que tú y yo merecemos por simplemente por ser hijos de Dios a
pesar de nuestro errores y pecados. Nos hemos ganado la certeza, alegría
desbordante y confianza total que Dios nos da.
Un signo enorme de Espíritu Santo es más claro en la vida,
porque allí es donde se despierta y se crece, donde se comunica se expande. El
Espíritu Santo siempre será dador de vida, dilata nuestro corazón, resucita lo
que está muerto, despierta lo dormido, pone en movimiento lo que estaba
bloqueado
Esa misma experiencia fundamental nos lleva a respetar la
vida y defenderla en todos sus ámbitos si Dios la da ¿por qué nosotros debemos
córtala?
Busquemos encontrar una confianza fundamental en Dios porque
el mismo nos ayudara a amar la vida. Él nos ayudará afrontar la vida en todos
nuestros casos difíciles, Él nos dará el ánimo para enfrentarla. Pidamos el
Espíritu Santo porque Él es quien nos atrae a poder tener una visión correcta
de lo que en verdad importa como seres creyentes y eso es la vida. Seamos a
fieles a Dios y disfrutemos de su amor compartiéndolo con los que viven y los
que están a punto de nacer.
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