martes, 5 de noviembre de 2019

10. LA NATURALEZA HUMANA DE JESÚS. PARTE I. Exegesis




El hijo de Dios sólo podía ser verdaderamente el Redentor del género humano, si adoptaba enteramente un cuerpo y un alma humana, con todo lo que implicaba haber tenido nuestra propia naturaleza (Hebreos 2,14). Es decir, Cristo asumió la homoioma de nuestra humanidad en cuanto a la carne al haber nacido del vientre de la Virgen María (Romanos 8,3; Filipenses 2,7). Sin embargo, por el mismo hecho de ser Dios, no tuvo en su vida terrenal caída alguna. “Porque él también estuvo sometido a las mismas pruebas que nosotros; sólo que él jamás pecó”  (Hebreos 4,15), ya que  “nunca cometió ningún crimen ni hubo engaño en su boca” (Isaías 53,9; 1 Pedro 2,22), “Él es santo, sin mancha, apartado de los pecadores” (Hebreos 7,26), puesto que “ha sido hecho perfecto para siempre” (7,28), como hombre celestial (1 Corintios 15,47). Pues “por un poco tiempo, Dios hizo (a su Hijo) algo menor que los ángeles” (Hebreos 2,9), teniendo un desarrollo normal, ya que fue creciendo en cuerpo y mente, gozando del favor de Dios y de los hombres (Lucas 2,52; Proverbios 3,4).

Las Sagradas Escrituras relatan que “Cuando se cumplió el tiempo, Dios envió a su Hijo, que nació de una mujer, sometido a la ley de Moisés” (Gálatas 4,4). “Por medio de los profetas, Dios había comunicado este mensaje que trata de su Hijo Jesucristo, Nuestro Señor, que como hombre es descendiente del rey David” (Romanos 1, 3-4; 2 Timoteo 2,8), porque Él mismo “tomando naturaleza de siervo nació como hombre” (Filipenses 2,7). En cuanto a lo humano es de raza judía (Romanos 9,5), de la tribu de Judá (Hebreos 7,14).





De la vida pública de Jesucristo la Santa Biblia nos aportan una abundante información sobre las necesidades físicas, virtudes y pasiones que sintió en carne propia. Experimentó el aguijón del hambre (Mateo 4,2; 21,18; Lucas 24,41-42), le pide agua de beber a la mujer samaritana (Juan 4,6-8), siente nuevamente sed cuando está en la cruz (Juan 19, 28-30). Oraba en las madrugadas (Marcos 1,35) y al final del día (Mateo 14,23), alejándose del clamor de las multitudes, como en el desierto y las montañas (Lucas 4,42; 5,16; Mateo 14,23). Enseñaba el mensaje de la redención en las aldeas y pueblos de Israel (Mateo 9,35), en los caminos de Samaria (Juan 4,5-6), a orillas del lago de Galilea (Marcos 3,9), en la barca de Pedro (Lucas 5,2-3), en lo alto de un monte (Mateo 5,1; Juan 6,3), en las sinagogas y en el templo de Jerusalén (Juan 18,20; Lucas 19,47). En varias ocasiones llega al cansancio y el agotamiento físico (Marcos 4, 38; Juan 4,6). Cuando se sentía extenuado por las duras jornadas de predicación se iba a solas con los apóstoles (Marcos 6, 30-32), también lo hacía a Cafarnaúm en Galilea (Juan 6,15-21), y otras veces a Betania (Marcos 11,11-12) y Efrem (Juan 11,54), dos ciudades próximas a Jerusalén de Judea.

Su personalidad era atrayente, pues tenía una mirada penetrante (Marcos 5,32-33; 8,33). Los apóstoles y los discípulos sienten temor y asombro, por sus doctrinas y prodigios (Marcos 4,41; 6,51; 9,6.32; 10,24.32). Conocía el corazón de los hombres ((Juan 2,24-25; 6,64). Hasta quienes pecaban gravemente se sintieron cautivados hacía Él (Mateo 9,9-13; Lucas 7,36-38; 19,1-10). Los fariseos sentían miedo, porque la gente estaba sorprendida por sus enseñanzas (Marcos 11,18; Juan 7,15.32), al igual que toda la multitud (Marcos 9,15), “porque lo hacía con plena autoridad, y no como sus maestros de la ley” (Mateo 7,28-29; Lucas 4,22.32), hablando siempre con la verdad (Marcos 12,14), sin necesidad de gritar o levantar la voz (Isaías 42,2; Mateo 12,19). Incluso, cuando estuvo sometido a presión, su manera de proclamar la verdad atraía a las personas sinceras (Juan 7,32.40.45-46). Fue accesible y bondadoso, y todo lo hizo por amor (Mateo 19,13-15; Juan 15,12).

Dio ánimo a sus esforzados apóstoles (Juan capítulos 13 a 17), lidiando con las rivalidades que surgían entre ellos (Marcos 9,33-37; Lucas 9,46-48; 22,24-27; Juan 13,14), tuvo en consideración sus limitaciones estando siempre dispuesto a perdonarlos (Marcos 10,35-45; 14,34-38. 66-72; Lucas 22,31-32; Juan 15,15; 16,12; 21,15-17). Tampoco les impuso sus opiniones. Al contrario, los animaba a expresarse con libertad (Mateo 16,13-15). Cuando trataba con los pecadores tenía en cuenta su determinación por cambiar (Lucas 7,37-50; 19,2- 10). Amaba la justicia, por lo que se llenó de recta indignación al ver a los abusivos mercaderes del templo lucrarse con la gente pobre y sencilla (Mateo 21,12-13). No quería que la muchedumbre sacara conclusiones acerca de su persona basándose en informes sensacionalistas (Mateo 12,15-19).

Fue profundamente sensible con las criaturas  humanas  (2 Corintios 10,1), multiplica en dos oportunidades los panes y los peces, para dar de comer a la multitud hambrienta que lo seguía a todas partes (Mateo 14, 13-21; 15, 32-38). Sin embargo, nunca utilizó su propio poder divino en beneficio propio, como cuando después de 40 día ayunando en el desierto, se negó a convertir las piedras en panes, tal como el Diablo se lo pidió (Mateo 4,2-4).

A todos los que lo sigue los llama “amigos” (Juan 15,14), es  tierno con  los  niños  que  se acercaban a su lado (Marcos 10, 13-16), siente cariño ante la primera confesión del príncipe de la sinagoga (Marcos 10,20-21), es paciente y humilde de corazón (Mateo 11,29; Marcos 10,13-16), hasta el punto que dirigía a Dios su Padre la alabanza y la honra (Marcos 10,17-18), al igual que sus oraciones (Mateo 11,25). Ama la justicia y odia la maldad (Hebreos 1,9).






Cuando lo consideró necesario, ilustraba sus predicaciones con ejemplos o pasajes de las Santas Escrituras (Mateo 12,38-42; 15,1-9; 16,1-4; 21,13; Juan 6,45; 8,17), las citaba y sabía exactamente qué texto usar en cada situación (Mateo 4,4; 7.10; 12,1-5; Lucas 4,16-21), “y sin parábolas no les hablaba” (Mateo 13,34). En su predicación Jesús afirmó y sostuvo la autoridad de la ley (Mateo 5,17-19), y como Dios encarnado la expuso, quitando las interpretaciones erróneas, dándole su verdadero significado espiritual (Mateo 7,12), y mostró como su fundamento era el amor (Mateo 22,34-40). Su exhortación era una ofensa a la gente de su pueblo (Marcos 6,3), para los fariseos (Mateo 15,12), los judíos (Juan 6,61.66), y sus discípulos (Marcos 14,27), y por eso las opiniones estaban divididas con respeto a su persona (Juan 7,12).

De hecho, en vez de enseñar sus propias ideas, habló en nombre de aquel que lo había enviado (Juan 7,16-18; 8,28; 12,49; 14,10), con toda humildad, haciendo su voluntad, y sin ningún tipo de pretensión de su parte (Salmo 40,8; Mateo 26,42; Juan 5,41; 6,38; 8,50). Por el contrario, cuando era obvio que hablar no serviría de nada, optó sencillamente por quedarse callado (Marcos 15,2-5; Lucas 22, 67-70). Ilustró que la Ley del Señor debía aplicarse de manera razonable y misericordiosa (Mateo 23,23), además actuó con justicia al predicar a ricos y pobres por igual (Mateo 11,5; Lucas 18, 18-23). Exhortaba siempre con su ejemplo (Juan 13,15). Igualmente, dedicó gran parte de su tiempo a hacer preguntas, pues le interesaba profundamente lo que pensaban y sentían sus oyentes (Mateo Mateo 12,24-30; 17,24-27; 22,41-46; Marcos 8,27-29).

“La gente empezó a alabar a Dios, diciendo- Un gran profeta ha aparecido entre nosotros” (Lucas 7,16),“enseñaba en las sinagogas de ellos, y era glorificado por todos” (Lucas 4,15), otros decían: “Es un buen hombre” (Juan 7,12), “Este es el Mesías” (Juan 7,40-41), el “Hijo de David” (Mateo 15,22), el “Cristo de Dios” (Lucas 23,35), “el Hijo de Dios, que ha venido al mundo” (Juan 11,27), “santo y justo” (Hechos 3,14), el “Salvador del mundo” (Juan 4,42).

En cierta ocasión, varios soldados enviados para detenerlo regresaron con las manos vacías, y dijeron: “Nunca hombre alguno ha hablado como éste” (Juan 7,46), “poderoso en obras y en palabras delante de Dios y de todo el pueblo” (Lucas 24,19), sus palabras son Espíritu y Vida (Mateo 23,8). Todo el pueblo le escuchaba y estaba pendiente de sus palabra” (Lucas 19,48), sintiéndose atraídos por su forma de enseñar (Mateo 7,28-29). O tanbién “muchísima gente” permaneció junto a él durante tres días, al punto de quedarse sin comida (Marcos 8,1-2).














9. LA NATURALEZA DIVINA DE JESÚS PARTE II. Exegesis




Cristo Jesús es el UNIGENITO de Dios (Juan 1,14). El vocablo UNIGENITO en griego es monogenes, que se deriva del adjetivo de genos, ORIGEN, RAZA, INJERTO etc. De manera que monogenes puede traducirse UNO DE UNA CLASE, dando a entender que Jesucristo es consustancial al Padre, Él es Hijo de Dios en forma única. La revelación de Yahveh al hombre (Juan 1,18), y la salvación eterna a través del Hijo (Juan 3,16; 1 Juan 4,9).
El apóstol de los gentiles se refiere a Hijo del hombre como el<<primogénito(prototokos)de toda creación”>>(Colosenses 1,15. Comparar con Hebreos 1,6). Los arrianos usaban estos dos pasajes como evidencia de que Cristo era un ser creado, pero los exegetas han definido que el Mesías tiene autoridad sobre todo lo creado (sin que Él mismo haya sido creado). La palabra declara que el Emmanuel es el Señor de la creación porque como primogénito es el heredero del orden creado. Es decir, lo que es anterior al tiempo debe pertenecer al orden de la eternidad (Véase Isaías 9,5; Juan 1,1).

Del mismo modo Apocalipsis 3,14, afirma que Jesucristo es <<el principio de la creación de Dios>>. Los autores del Nuevo Testamento y los de otras obras griegas contemporáneas a veces usaban el vocablo arjeCE (principio), para aludir a una posición más bien que al tiempo, o también a ORIGEN o CAUSA. La frase podría interpretarse como que el Unigénito de Yahvé es el PRINCIPE DE LA CREACION o el PRINCIPADOR (originador) de la creación. Y cualquiera de estos conceptos concuerda mejor con el cuadro neo-testamentario.
Cuando el mismo San Pablo en la epístola a los Filipenses 2,6-7, habla de Jesús <<el cual, aunque existía en forma de Dios, no consideró el ser igual a Dios como algo a qué aferrarse, sino que se despojó a sí mismo tomando forma de siervo, haciéndose semejante a los hombres>>. Podemos explicar dos cosas:

v La expresión EN FORMA DE DIOS (morphê Theou) es la naturaleza divina real e inseparablemente subsistente en la persona del Mesías. Él siempre tuvo la naturaleza misma de Yahvé su Padre, ya que es explicada como IGUAL A DIOS (isa Theō). La palabra griega (isa) es un adverbio, y por lo tanto describe la forma de existencia en que se encontraba antes de adquirir su naturaleza humana.
v El término griego kenosis, que viene de kenoó que traduce SE DESPOJO ASI MISMO, se utiliza en el NT en forma metafórica más bien que literal. Los exegetas han aclarado que Él retuvo su naturaleza y atributos de Dios (en morphê Theou hyparchón) (Comparar con Mateo 11,27; Marcos 1,1; Juan 3,13; 14,9; Romanos 1,4).

Del mismo modo, <<Nadie ha visto jamás a Dios, el hijo único, que es Dios y que vive en íntima comunión con el Padre, es quien nos lo ha dado a conocer>> (Juan 1,18). Dios quiso habitar en la persona de Cristo (Colosenses 1,19), quien es de Dios (Juan 9,33; 1 Corintios 3,23) y  procede de Dios (Juan 7, 29; 8,42). <<Porque así como el Padre tiene vida en sí mismo, así también ha hecho que el Hijo tenga vida en sí mismo>> (Juan 5,26); pues la gloria de Dios brilla en la cara de Jesucristo (2 Corintios 4,6).<<Cristo el que está por encima de todas las cosas, Dios bendito por los siglos>> (Romanos 9,5). Por esta razón, los fariseos lo atacaban porque siendo un hombre se hacía igual a  Dios (Juan 5,18; 10,33).




Percatados de esta verdad, Cristo Jesús fue por eso adorado por los magos de Oriente (Mateo 2, 11), por el ciego de nacimiento al que le dio la vista (Juan 9,35-38), por las mujeres que se lo encontraron después de la resurrección (Mateo 28,9), por los apóstoles cuando lo vieron regresar a la presencia del Padre (Mateo 28,17; Lucas 24,52), y por los ángeles del cielo (Hebreos 1,6). Como si fuera poco, el mismo Señor Jesús puso de manifiesto varias veces su naturaleza divina, pues <<nadie conoce al hijo sino el Padre, ni al Padre le conoce nadie sino el Hijo, y aquel a quien el hijo se lo quiera revelar>>(Mateo 11,27), <<Yo y el Padre somos una sola cosa>> (Juan 10,30), <<el Padre está en mí y yo en el Padre>> (Juan 10,38), <<crean en Dios y crean también en mí>> (Juan 14,1), <<porque todo lo que tiene el padre es mío>> (Juan 16,15). Por todas estas declaraciones, el Unigénito de Dios puede decir con autoridad: <<Nadie va al Padre sino por mí, si me habéis conocido a mí, conocéis también a mi Padre, y desde ahora lo conocéis y lo veis>> (Juan 14,7).
N. S. Jesucristo dijo enfáticamente <<el que no honra al hijo no honra al Padre que lo envió>> (Juan 5,23). Es importante anotar que el principal término hebreo que significa HONRA es ka·vóhdh, cuyo significado literal es PESO. De modo que a la persona a la que se honra se la considera de peso, de valía. En griego, el nombre ti·mḗ transmite la idea de REVERENCIA, HONOR, HONRA, ESTIMA, VALOR o PRECIADO. En conclusión, honra significa demostración de aprecio que se hace a una persona reconociendo su virtud y su mérito. Asimismo, los milagros de Cristo (Lucas 9,43) y su transfiguración en el monte Tabor (2 Pedro 1,16-17), revelan la majestad (megaleiotés) que le viene de Dios Padre. Además, ambos reciben la misma gloria (doxa) (Juan 17,5), y adoración (latreúo) (Apocalipsis 5,14; 22,3).






Por otra parte, los apóstoles  Pablo y Pedro nombran a Jesucristo en sus cartas como DIOS Y SALVADOR theou kai soteros (Tito 2,13; 2 Pedro 1,1); título que también recibe “DIOS PADRE” (Daniel 6, 27,1 Timoteo 2,3; 4,10; Tito 3,4). Es más, en la resurrección del Mesías, el apóstol Tomás exclama maravillado y convencido: <<¡Señor mío y Dios mío!>>  Kírios moy kai Theós moy (Juan 20,28); Comparar con (1 Reyes 3,7: Salmo 86,12). Por su parte, San Juan concluye diciendo:<<Vivimos unidos al que es verdadero, es decir, a su hijo Jesucristo. Este es el Dios verdadero y la vida eterna >> (1 Juan 5,20), comparar con (Juan 17,3). Igualmente, hay varios pasajes bíblicos donde se nombra a Jesús como el Pantokrátor, término griego para TODOPEROSO. En un sentido literal implica <<Gobernante sobre Todo; Aquel Que Tiene Todo el Poder>>. (Juan 1,3; Mateo 28,18; Apocalipsis 1,8).



8. LA NATURALEZA DIVINA DE JESÚS. PARTE I. Exegesis




LA NATURALEZA DIVINA DE JESÚS PARTE I



En el Antiguo Testamento el profeta Isaías había revelado al pueblo de Israel que el HIJO DE DIOS sería llamado el Emmanuel (7,14), que en hebreo traduce DIOS CON NOSOTROS. Igualmente, el mismo profeta en otro de sus apartes lo llamó también DIOS INVENCIBLE (9,6); el autor de la carta a los hebreos (1,8) agrega: más del Hijo dice (el Padre): Tu trono, OH Dios, por el siglo del siglo, cetro de equidad es el cetro de tu reino (Véase también Salmo 45,6-7). Del mismo modo, el nombre de JESUS quiere decir en hebreo DIOS SALVA; así lo identificó el Arcángel San Gabriel al anunciarle a la Virgen María su misión (Lucas 1,31-33).

Claro está, que el libro bíblico donde más se hace alusión a la naturaleza divina de Jesús se encuentra condensado en el evangelio de San Juan; escrito en la ciudad de Éfeso a finales del siglo I, por petición de los obispos de Asia Menor, para refutar y aclarar el error teológico que empezaba a extender un hereje de nombre Cerinto en compañía de los ebionitas, los cuales negaban esta verdad de Fe. Así lo demuestra el prólogo: En el principio existía el Verbo, y el Verbo estaba con Dios, y el Verbo era Dios (En archê en ho Logos kai ho Logos en pros ton Theon kai ho Logos en Theos). Comparar con (1 Juan 1,1-3).

El prólogo del evangelio de Juan versos 1 al 3 y 14, establece tres facetas principales del Logos Theou (el Verbo ontológico encarnado) y su actividad:

Ø Su divinidad e íntima relación con el Padre desde toda la eternidad.
Ø Su obra como agente de la creación del universo.
Ø Su encarnación por medio de la Virgen María.



El evangelista utiliza dos verbos griegos que en español son el equivalente a SER, EXISTIR o ESTAR. Estos son: en, que se puede definir como existir sin principio en el tiempo. El segundo, egenetos significa existir con un principio. En el capítulo uno en los versículos 1 al 2, el Apóstol utiliza 4 veces el verbo en para referirse a Cristo. Al transcribir el texto, lo pondremos en mayúsculas: En el principio EXISTÍA la Palabra y la Palabra ESTABA con Dios, y la Palabra ERA Dios. Ella ESTABA en el principio con Dios. En el versículo 3, al hablar de la creación emplea el verbo egenetos. Todo se HIZO por ella y sin ella no se HIZO nada de cuanto existe. Claramente, San Juan hace una diferencia entre el creador, Jesús, quien siendo Dios no tuvo principio ni tendrá fin, y la creación que sí tuvo un comienzo.
Las Sagradas Escrituras nos indican que Jesús no fue CREADO sino ENGENDRADO. En forma metafórica equivale a decir ENGENDRADO DE DIOS (gennétheis ek tou Theou) (Salmo 2,7; Proverbios 8,25; Hechos 13,33; Hebreos 1,5; 5,5), o usualmente NACIDO DE DIOS (gegennémenos ek tou Theou) (1 Juan 5,18). El aoristo gennétheis describe la acción realizada una vez y para siempre, mientras que el perfecto gegennémenos habla de una continuación de la acción ya consumada, en la cual todo creyente como HIJO ADOPTIVO del Padre Eterno está llamado a permanecer por la fe en su Unigénito, nuestro hermano mayor (Juan 1,12-13). Por lo tanto, Jesucristo HA VENIDO DE DIOS (Juan  6,46;  13,13),  bajado  del   cielo (en griego katabasis, es decir DESCENDIMIENTO) (Juan 3,13), <<Porque en él habita corporalmente toda la plenitud de la Deidad>> (Colosenses 2,9). Habitar en la traducción griega de la palabra katiokeo, puede traducirse como establecerse permanentemente en una vivienda, mientras que plenitud viene del griego pleroma, que indica que se llena la plenitud de la DEIDAD o DIVINIDAD (theotes). Este texto afirma que la NATURALEZA o la ESCENCIA divina completa se manifiesta en la persona de Jesucristo. Igualmente, <<Él es el resplandor glorioso de Dios, la representación (del griego charaktér) misma de lo que Dios es>> (Hebreo 1,3). El término charaktér, es la única vez que se usa en el Nuevo Testamento, y significa IMPRIMIR SOBRE o SELLAR.
Del mismo modo, hablar de RESPLANDOR, es aclarar que tiene la misma IMPRESION o SUSTANCIA de Dios (hypostasis). O también <<la imagen (del griego eikón) del Dios invisible>> (Colosenses 1,15; Véase también 2 Corintios 4,4). Nótese bien, que Pablo pudo haber usado la expresión homoima. Esta palabra indica una semejanza con un arquetipo. También pudo haber empleado el vocablo eidos, que significa una forma o la forma, pero el apóstol utilizó eikón para afirmar que Jesús es la imagen misma del Padre en su SUSTANCIA, ESENCIA y SER (véase Juan 14, 7-8-9).



364. ¿Por qué los cristianos sustituyeron el sábado por el domingo? -CATEQUESIS-



Los cristianos han reemplazado la fiesta del SÁBADO por la fiesta del  domingo porque Jesucristo resucitó de entre los muertos en domingo. Pero  el «día del Señor» asume en sí elementos del sábado. [2174­2176,2190­2191] De este modo el domingo cristiano tiene tres elementos esenciales: 1. Nos recuerda la Creación del mundo e introduce el resplandor festivo de la bondad  de Dios en el tiempo; 2. Nos recuerda el «octavo día de la Creación», cuando el mundo se renovó en Cristo  (como dice una oración de la noche de Pascua, «oh Dios, que con acción maravillosa  creaste al hombre y con mayor maravilla lo redimiste»); 3. Retoma el motivo del descanso, pero no sólo para santificar la interrupción del  trabajo, sino para indicar ya desde ahora el descanso eterno del hombre en Dios.

2174. Jesús resucitó de entre los muertos ―el primer día de la semana‖ (Mt 28, 1; Mc 16, 2; Lc24, 1; Jn 20, 1). En cuanto es el ―primer día‖, el día de la Resurrección de Cristo recuerda la primera creación. En cuanto es el ―octavo día‖, que sigue al sábado (cf. Mc 16, 1; Mt 28, 1), significa la nueva creación inaugurada con la resurrección de Cristo. Para los cristianos vino a ser el primero de todos los días, la primera de todas las fiestas, el día del Señor (Hè kyriakè hèmera, dies dominica), el ―domingo‖: «Nos reunimos todos el día del sol porque es el primer día [después del sábado judío, pero también el primer día], en que Dios, sacando la materia de las tinieblas, creó al mundo; ese mismo día, Jesucristo nuestro Salvador resucitó de entre los muertos» (San Justino, Apologia, 1,67).

2176. La celebración del domingo cumple la prescripción moral, inscrita en el corazón del hombre, de ―dar a Dios un culto exterior, visible, público y regular bajo el signo de su bondad universal hacia los hombres‖ (Santo Tomás de Aquino, Summa theologiae, 2-2, q. 122, a. 4). El culto dominical realiza el precepto moral de la Antigua Alianza, cuyo ritmo y espíritu recoge celebrando cada semana al Creador y Redentor de su pueblo

2191. La Iglesia celebra el día de la Resurrección de Cristo el octavo día, que es llamado con toda razón día del Señor, o domingo (cf. SC 106. 

363. ¿Cómo trata Jesús el sábado? -CATEQUESIS-



Jesús respeta el SÁBADO, pero al mismo tiempo  se comporta de un modo extremadamente libre y  soberano ante él: «El sábado se hizo para el  hombre y no el hombre para el sábado» (Mc 2,27).  [2173] El hecho de que Jesús reivindique poder curar en sábado  e interpretar el mandato del sábado de forma  misericordiosa pone a sus contemporáneos judíos ante la  opción: o bien Jesús es el Mesías enviado por Dios, y  entonces es el «señor del sábado» (Mc 2,28), o bien es sólo  un hombre más, entonces su comportamiento ante el  sábado es un pecado contra la ley.

2173. El Evangelio relata numerosos incidentes en que Jesús fue acusado de quebrantar la ley del sábado. Pero Jesús nunca falta a la santidad de este día (cf. Mc 1, 21; Jn 9, 16), sino que con autoridad da la interpretación auténtica de esta ley: ―El sábado ha sido instituido para el hombre y no el hombre para el sábado‖ (Mc 2, 27). Con compasión, Cristo proclama que ―es lícito en sábado hacer el bien en vez del mal, salvar una vida en vez de destruirla‖ (Mc 3, 4). El sábado es el día del Señor de las misericordias y del honor de Dios (cf. Mt 12, 5; Jn 7, 23). ―El Hijo del hombre es Señor del sábado‖ (Mc 2, 28). 

362. ¿Por qué se celebra el sábado en Israel? -CATEQUESIS-



El SÁBADO es para el pueblo de Israel el gran signo que le  recuerda a Dios, el Creador y el liberador. [2168­2172,2189] El SÁBADO recuerda, por un lado, el séptimo día de la Creación en el que  se dice que Dios «descansó y tomó respiro» (Éx 31,17), en cierto modo como  autorización a todos los hombres para interrumpir el trabajo y recobrar el  aliento. Incluso a los siervos se les debe permitir celebrar el sábado. Esto  recuerda el otro gran memorial, la liberación de Israel de la esclavitud de  Egipto: «Recuerda que fuiste esclavo en la tierra de Egipto» (Dt 5,15). El  sábado es por tanto una fiesta de la liberación humana, el sábado se puede  tomar respiro, en él se suspende la división del mundo en señores y siervos.  En el judaísmo tradicional este día de la libertad y del descanso es  considerado también como una especie de anticipo del mundo futuro. 47

2168. El tercer mandamiento del Decálogo proclama la santidad del sábado: ―El día séptimo será día de descanso completo, consagrado al Señor‖ (Ex 31, 15).

2172. La acción de Dios es el modelo de la acción humana. Si Dios ―tomó respiro‖ el día séptimo (Ex 31, 17), también el hombre debe ―descansar‖ y hacer que los demás, sobre todo los pobres, ―recobren aliento‖ (Ex 23, 12). El sábado interrumpe los trabajos cotidianos y concede un respiro. Es un día de protesta contra las servidumbres del trabajo y el culto al dinero (cf. Ne 13, 15-22; 2 Cro 36, 21).

2189. “Guardarás el día del sábado para santificarlo” (Dt 5, 12). “El día séptimo será día de descanso completo, consagrado al Señor” (Ex 31, 15). 2190. El sábado, que representaba la coronación de la primera creación, es sustituido por el domingo que recuerda la nueva creación, inaugurada por la resurrección de Cristo.  

361. ¿Qué significa para el cristiano recibir en el Bautismo un determinado nombre? -CATEQUESIS-



«En el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo»  el hombre es bautizado con un nombre. El nombre y el  rostro son los que hacen único al hombre, también y  finalmente ante Dios. «No temas, que te he redimido, te  he llamado por tu nombre, tú eres mío». (Is 43,1). [2158] Los cristianos tratan con respeto el nombre de cada persona,  porque el nombre está profundamente unido a la identidad y a  la dignidad del hombre. Desde antiguo los cristianos buscan  para sus hijos un nombre en la lista de los santos; lo hacen en  la creencia de que el patrono es un modelo para ellos e  intercede de modo especial por ellos ante Dios. 201

2158. Dios llama a cada uno por su nombre (cf. Is 43, 1; Jn 10, 3). El nombre de todo hombre es sagrado. El nombre es la imagen de la persona. Exige respeto en señal de la dignidad del que lo lleva.

360. ¿Qué significa la señal de la Cruz? -CATEQUESIS-



Mediante la señal de la Cruz nos ponemos bajo  la protección de la Santísima Trinidad.  [2157,2166] Al comenzar el día, al comenzar una oración, pero  también al comenzar una empresa importante, el  cristiano se pone bajo el signo de la Cruz y comienza  su tarea con ello «en el nombre del Padre y del Hijo y  del Espíritu Santo». Esta invocación del nombre del  Dios trino, que nos rodea por todas partes, santifica  los asuntos que emprendemos; nos otorga  BENDICIÓN y nos fortalece ante las dificultades y  tentaciones.

2157. El cristiano comienza su jornada, sus oraciones y sus acciones con la señal de la cruz, ―en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén‖. El bautizado consagra la jornada a la gloria de Dios e invoca la gracia del Señor que le permite actuar en el Espíritu como hijo del Padre. La señal de la cruz nos fortalece en las tentaciones y en las dificultades.

2166. El cristiano comienza sus oraciones y sus acciones haciendo la señal de la cruz “en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo. Amén”.  

359. ¿Por qué quiere Dios que su «nombre» sea sagrado para nosotros? -CATEQUESIS-



Decir a alguien el propio nombre es una muestra de confianza. Al decirnos su  nombre, Dios se da a conocer y nos concede, mediante este nombre, el acceso a él.  Dios es totalmente verdad. Quien invoca a la verdad por su nombre, pero la emplea  para testificar una mentira, comete un pecado grave. [2142­2149,2150­2155,2160­ 2162,2163­2164] No se debe pronunciar el nombre de Dios de forma irreverente. Pues lo conocemos  únicamente porque él nos lo ha confiado. El nombre es la llave de acceso al corazón del  Todopoderoso. Por eso es una falta grave blasfemar, maldecir usando el nombre de Dios y  hacer falsas promesas invocando su nombre. El segundo mandamiento es por tanto una  defensa de todo lo «santo». Lugares, objetos, nombres y personas que han sido tocados por  Dios son «santos». La sensibilidad por lo santo se denomina reverencia. 31

2142. El segundo mandamiento prescribe respetar el nombre del Señor. Pertenece, como el primer mandamiento, a la virtud de la religión y regula más particularmente el uso de nuestra palabra en las cosas santas.

2149. Las palabras mal sonantes que emplean el nombre de Dios sin intención de blasfemar son una falta de respeto hacia el Señor. El segundo mandamiento prohíbe también el uso mágico del Nombre divino. «El Nombre de Dios es grande allí donde se pronuncia con el respeto debido a su grandeza y a su Majestad. El nombre de Dios es santo allí 2472 427 2101 1756 215 2476 1756 2466 donde se le nombra con veneración y temor de ofenderle» (San Agustín, De sermone Domini in monte, 2, 5, 19).

2150. El segundo mandamiento prohíbe el juramento en falso. Hacer juramento o jurar es tomar a Dios por testigo de lo que se afirma. Es invocar la veracidad divina como garantía de la propia veracidad. El juramento compromete el nombre del Señor. ―Al Señor tu Dios temerás, a él le servirás, por su nombre jurarás‖ (Dt 6, 13).

2164. “No jurar ni por Criador ni por criatura, si no fuere con verdad, necesidad y reverencia” (San Ignacio de Loyola, Ejercicios Espirituales, 38).  

358. ¿ Por qué el Antiguo Testamento prohíbe las imágenes de Dios y por qué los cristianos ya no mantenemos esta prohibición? -CATEQUESIS-


Para proteger el misterio de Dios y diferenciarse de las imágenes de culto de los paganos, el primer mandamiento ordenaba: «No te fabricarás ídolos ni figura alguna»  

(Éx 20,4). Pero, puesto que Dios se ha dado a sí mismo un rostro humano en  Jesucristo, la prohibición de imágenes quedó superada en el cristianismo. En la  Iglesia de Oriente los ICONOS son considerados incluso sagrados. [2129­2132,2141] El conocimiento de los padres de Israel de que Dios lo supera todo (TRASCENDENCIA) y de  que es mucho mayor que cualquier cosa del mundo, pervive actualmente, tanto en el judaísmo  como en el islam. donde al igual que antes no puede existir ninguna imagen de Dios. En el  cristianismo se relajó la prohibición de las imágenes a partir del siglo IV en consideración a  Cristo y se suprimió en el segundo Concilio de Nicea (año 787). Mediante su encarnación Dios ya  no es el absolutamente inimaginable; desde Jesús podemos tener una imagen de su esencia:  «Quien me ha visto a mí, ha visto al Padre» (Jn 14,9).9

2129. El mandamiento divino implicaba la prohibición de toda representación de Dios por mano del hombre. El Deuteronomio lo explica así: ―Puesto que no visteis figura alguna el día en que el Señor os habló en el Horeb de en medio del fuego, no vayáis a prevaricar y 396 154 36 1036 1159-1162 300 2500 476 os hagáis alguna escultura de cualquier representación que sea...‖ (Dt 4, 15-16). Quien se revela a Israel es el Dios absolutamente Trascendente. ―Él lo es todo‖, pero al mismo tiempo ―está por encima de todas sus obras‖ (Si 43, 27- 28). Es la fuente de toda belleza creada (cf. Sb 13, 3).

2132. El culto cristiano de las imágenes no es contrario al primer mandamiento que proscribe los ídolos. En efecto, ―el honor dado a una imagen se remonta al modelo original‖ (San Basilio Magno, Liber de Spiritu Sancto, 18, 45), ―el que venera una imagen, venera al que en ella está representado‖ (Concilio de Nicea II: DS 601; cf. Concilio de Trento: DS 1821-1825; Concilio Vaticano II: SC 125; LG 67). El honor tributado a las imágenes sagradas es una ―veneración respetuosa‖, no una adoración, que sólo corresponde a Dios: «El culto de la religión no se dirige a las imágenes en sí mismas como realidades, sino que las mira bajo su aspecto propio de imágenes que nos conducen a Dios encarnado. Ahora bien, el movimiento que se dirige a la imagen en cuanto tal, no se detiene en ella, sino que tiende a la realidad de la que ella es imagen» (Santo Tomás de Aquino, Summa theologiae, 2- 2, q. 81, a. 3, ad 3).

2141. El culto de las imágenes sagradas está fundado en el misterio de la Encarnación del Verbo de Dios. No es contrario al primer mandamiento. 

357. ¿Es el ateísmo un pecado contra el primer mandamiento? -CATEQUESIS-



El ATEÍSMO es un pecado en cuanto rechazo o  negación de la existencia de Dios. Pero la imputabilidad  de esta falta puede quedar ampliamente disminuida en  virtud de las intenciones y las circunstancias. [2123­ 2128] La frontera entre la imposibilidad práctica de creer y la  resistencia a creer es con frecuencia imprecisa. La actitud de  rechazar la fe sencillamente como algo sin importancia, sin  haberla examinado detalladamente, es con frecuencia más  grave que algún ATEÍSMO teórico. 5

2123. ―Muchos [...] de nuestros contemporáneos no perciben de ninguna manera esta unión íntima y vital con Dios o la rechazan explícitamente, hasta tal punto que el ateísmo debe ser considerado entre los problemas más graves de esta época‖ (GS 19, 1).

2128. El agnosticismo puede contener a veces una cierta búsqueda de Dios, pero puede igualmente representar un indiferentismo, una huida ante la cuestión última de la existencia, y una pereza de la conciencia moral. El agnosticismo equivale con mucha frecuencia a un ateísmo práctico 

356. ¿Es compatible el esoterismo con la fe cristiana? -CATEQUESIS-



No. El ESOTERISMO se equivoca ante la realidad de Dios. Dios es un ser personal; es el amor y el origen de la vida, no una fría energía cósmica. El hombre es querido y creado por Dios, pero él mismo  no es divino, sino una criatura herida por el pecado, amenazada por la muerte, necesitada de redención.  Mientras que las doctrinas esotéricas suponen en su mayoría que el hombre se puede redimir a sí mismo, los cristianos creen que únicamente les redime Jesucristo y la gracia de Dios. Tampoco la  naturaleza y el cosmos son Dios (PANTEÍSMO). El Creador, con todo su amor por nosotros, es  infinitamente mayor y diferente a todo lo que él ha creado. [2110.­2128] Muchas personas hoy en día hacen yoga por razones de salud, participan en cursos de meditación (MEDITACIÓN)  para estar en silencio y recogimiento, o asisten a talleres de danza para hacer una nueva experiencia de su cuerpo.  No siempre estas técnicas son inofensivas. A veces son el instrumento para una doctrina ajena al cristianismo, el  ESOTERISMO. Ningún hombre sensato debe compartir esta cosmovisión irracional en la que abundan los espíritus,  los duendes y los ángeles (esotéricos), en la que se cree en la magia y los «iniciados» poseen un conocimiento secreto  que se oculta al «pueblo llano». Ya en tiempos del antiguo Israel se desenmascararon las creencias en dioses y  espíritus de los pueblos vecinos. Sólo Dios es el Señor; no hay ningún otro dios fuera de él. Tampoco hay ninguna  técnica mágica mediante la cual se pueda conjurar «la divinidad», imponer sus deseos al universo y salvarse a sí mismo. Mucho del esoterismo es, desde el punto de vista cristiano,  SUPERSTICIÓN y OCULTISMO

2110. El primer mandamiento prohíbe honrar a dioses distintos del Único Señor que se ha revelado a su pueblo. Proscribe la superstición y la irreligión. La superstición representa en cierta manera una perversión, por exceso, de la religión. La irreligión es un vicio opuesto por defecto a la virtud de la religión.

2128. El agnosticismo puede contener a veces una cierta búsqueda de Dios, pero puede igualmente representar un indiferentismo, una huida ante la cuestión última de la existencia, y una pereza de la conciencia moral. El agnosticismo equivale con mucha frecuencia a un ateísmo práctico

355. ¿Qué significa «no habrá para ti otros dioses delante de mí»? -CATEQUESIS-


Este mandamiento nos prohíbe:   venerar a otros dioses o ídolos o adorar a un ídolo terreno o  consagrarse enteramente a un bien terreno (dinero, influencia,  éxito, belleza, juventud, etc.)   ser supersticiosos, es decir, en lugar de creer en el poder, la guía  y la BENDICIÓN de Dios, depender de prácticas esotéricas,  mágicas u ocultas o dedicarse a la adivinación o al espiritismo   tentar a Dios con palabras o con obras   cometer un SACRILEGIO  adquirir poder espiritual mediante corrupción y profanar lo  santo a través del comercio (simonía). [2110­.2128,2138­.2140]

2110. El primer mandamiento prohíbe honrar a dioses distintos del Único Señor que se ha revelado a su pueblo. Proscribe la superstición y la irreligión. La superstición representa en cierta manera una perversión, por exceso, de la religión. La irreligión es un vicio opuesto por defecto a la virtud de la religión.

2128. El agnosticismo puede contener a veces una cierta búsqueda de Dios, pero puede igualmente representar un indiferentismo, una huida ante la cuestión última de la existencia, y una pereza de la conciencia moral. El agnosticismo equivale con mucha frecuencia a un ateísmo práctico

2140. El ateísmo, en cuanto niega o rechaza la existencia de Dios, es un pecado contra el primer mandamiento.