El sacramento del Orden tiene tres grados:
OBISPO (episcopado), PRESBÍTERO
(presbiterado), DIÁCONO (Diaconado).
[1554, 1593]. 140
1554. "El ministerio eclesiástico, instituido por Dios, está ejercido en
diversos órdenes por aquellos que ya desde antiguo reciben los
nombres de obispos, presbíteros y diáconos" (LG 28). La doctrina
católica, expresada en la liturgia, el magisterio y la práctica constante
de la Iglesia, reconoce que existen dos grados de participación
ministerial en el sacerdocio de Cristo: el episcopado y el presbiterado.
El diaconado está destinado a ayudarles y a servirles. Por eso, el
término sacerdos designa, en el uso actual, a los obispos y a los
presbíteros, pero no a los diáconos. Sin embargo, la doctrina católica
enseña que los grados de participación sacerdotal (episcopado y
presbiterado) y el grado de servicio (diaconado) son los tres conferidos
por un acto sacramental llamado "ordenación", es decir, por el
sacramento del Orden:
«Que todos reverencien a los diáconos como a Jesucristo, como también
al obispo, que es imagen del Padre, y a los presbíteros como al senado de
Dios y como a la asamblea de los apóstoles: sin ellos no se puede hablar
de Iglesia (San Ignacio de Antioquía, Epistula ad Trallianos 3,1
1593. Desde los orígenes, el ministerio ordenado fue conferido y
ejercido en tres grados: el de los obispos, el de los presbíteros y el de
los diáconos. Los ministerios conferidos por la ordenación son
insustituibles para la estructura orgánica de la Iglesia: sin el obispo,
los presbíteros y los diácono s no se puede hablar de Iglesia (cf. San
Ignacio de Antioquía, Epistula ad Trallianos 3,1).
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