EL MISTERIO DE LA
ESPERANZA
Autor: Freddie Loya
En el trascurrir del tiempo y en
el caminar de la vida hemos de pasar por diferentes situaciones que muchas de
ellas no llevan a caer y hacer dura la levantada y se nos hace difícil retomar
la mirada en la vida. Muchos de ellos deciden terminar mejor con su vida
pensando que ya no hay salida aunque siempre la hay.
Para comprender un poco de este
gran misterio es necesario saber que Jesús redentor de la tierra abre grandes
paréntesis en nuestra vida que nos dejan con muchas preguntas y que solo tienen
el fin de llevarnos a una vida eterna en plenitud total cuando logremos estar
con Él. Si aprendemos apoyarnos en Jesús resucitado podemos intuir, desear y
creer que todo lo que sucede en esta vida tiene como fin la vida, justicia y
paz.
Creer en Jesús resucitado es confiar totalmente que El se ha dejado revelar para que más allá
de lo comprensible podamos guardar en nuestro corazón que fuera de
humillaciones, dolores, sufrimientos y caídas que Dios siempre se permanece
fiel a sus promesas. Hablar de la esperanza es hablar que podemos confiar que
toda tristeza, dolor, sufrimiento no
termina aquí. Debemos que saber que hay un lugar donde ya no habrá pobreza ni
dolor, nadie estará triste, nadie tendrá que llorar. Por fin hemos de ver que
hay una gran patria que nos espera con un Rey que nos amó desde el principio.
Vivir en la esperanza es relacionarse con el sufrimiento de los demás, el dolor
del prójimo, la enfermedad y trasmitir que no solo es ese momento lo que hay en
la vida. Un día conocerán lo que es vivir en paz y salud total y podremos
escuchar con alegría y emoción las palabras de nuestro Señor ENTRA PARA SIEMPRE
EN EL GOZO DE TU SEÑOR.
Creer en cristo es saber que existe un Dios y que jamás permanece
oculto y nunca se hace sordo a nuestra voz, lo que no logremos percibir
como su mirada, su ternura y abrazos, los encontraremos en su reino que
no tiene fin.
También debemos saber que creer
en la esperanza en Jesús es comprender
que lo que aquí quede a medias, lo que no se ha podido completar, lo que hemos estropeado
con nuestras torpezas o nuestro pecado que si nos arrepentimos todo con Dios
encontrara un día su plenitud. Es cierto que a veces no le encontramos sentido
a lo que hemos vivido pero llenarse de esperanza es que nada de lo hemos vivido
en amor jamás se perderá porque el que por momentos ha vivido en amor, siempre
deja huellas en personas y que aunque no lo vemos trasfiguramos a Jesús porque Jesús
es amor.
Desear la esperanza es tomar un
camino de entrega de fe fijada en Jesucristo y si logramos llegar juntos a El
ya no habrá la amistad que termine ni fiesta que no acabe, ni las despedidas
que entristeces, Dios será todo en todos. Gozarnos en la esperanza es amar su
palabra y creer que un día lo dijo El. Yo soy principio, fin de todo origen y
el final de todo. Y un día podemos saborear de ese manantial del agua de la
vida. Ya no habrá llanto, no habrá gritos, ni fatigas, porque todo eso habrá
pasado.
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