En este caso, para la celebración del
matrimonio hay que solicitar un permiso
expreso de la autoridad eclesiástica. Porque
el matrimonio llamado mixto (entre católico
y bautizado no católico) exige por ambas
partes una fidelidad especial a Cristo, de
forma que el escándalo, aun sin remedio, de
la separación de los cristianos no se
continúe en pequeño y lleve quizás incluso
al abandono de la práctica religiosa. [1633
1637]
1633. En numerosos países, la situación del matrimonio mixto (entre
católico y bautizado no católico) se presenta con bastante frecuencia. Exige
una atención particular de los cónyuges y de los pastores. El caso de
matrimonios con disparidad de culto (entre católico y no bautizado) exige
aún una mayor atención.
1637. En los matrimonios con disparidad de culto, el esposo católico tiene
una tarea particular: "Pues el marido no creyente queda santificado por su
mujer, y la mujer no creyente queda santificada por el marido creyente" (1
Co 7,14). Es un gran gozo para el cónyuge cristiano y para la Iglesia el que
esta "santificación" conduzca a la conversión libre del otro cónyuge a la fe
cristiana (cf. 1 Co 7,16). El amor conyugal sincero, la práctica humilde y
paciente de las virtudes familiares, y la oración perseverante pueden preparar
al cónyuge no creyente a recibir la gracia de la conversión.
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