jueves, 25 de julio de 2019

San Pedro de Verona 6 de Abril



Pedro ha crecido. La Universidad de Bolonia tiene fama merecida; pero todavía goza de mayor influencia Santo Domingo de Guzmán, el Fundador de los dominicos y sus seguidores que cautivan tanto a estudiantes como a profesores. Son muchos los que se incorporan a la recientemente fundada Orden de Predicadores.
Pedro con 16 años, queda fascinado por la palabra ardiente de fray Domingo de Guzmán y recibe el hábito dominicano de sus manos.
Con ímpetu juvenil se dedica al estudio, la oración y vive la austeridad y la penitencia con radicalidad; en todo es fiel imitador de Domingo de Guzmán. Terminada la formación eclesiástica, es ordenado sacerdote y nombrado Predicador del Evangelio de Jesús.
Pronto la Región Toscana, el Milanesado y la Romaña conocen a este fogoso predicador y formidable polemista; se dedicó a la predicación especialmente entre los cátaros. Una Característica importante es que siempre fue hombre de diálogo.
Pedro es piadoso, austero y corre la voz de su santidad por todas partes. Se preocupó de la defensa de la fe, para ello instituyo las "Asociaciones de la fe" y la "Cofradía para la alabanza de la Virgen María". Fue solícito de bien espiritual de las hermanas a quienes brindó su consejo y ayuda espiritual. Como buen religioso es un convencido de la vida de comunidad.
Ama a Jesucristo y como Él, experimenta la prueba, el menosprecio de algunos sectores y el ataque de quienes pensaban distinto. Su presencia evangelizadora a través de la Predicación continúa con intensidad, su capacidad organizadora le lleva a coordinar y fundar muchos mas pequeños grupos organizados. Pero todo esto no hubiera sido posible sin la intensa oración. Se comenta que un día en su contemplación, en su celda dominicana, recibe la visita de las Santas Mártires: Inés, Cecilia y Catalina que dialogan en su habitación. Otros frailes llevan la noticia al Padre Prior. En el Capítulo Conventual es reprendido y corregido porque ha violado la clausura y ha recibido a mujeres en su celda religiosa. Su respuesta es un prudente silencio y es enviado al Convento de la Marca Ancona donde intensifica su estudio y oración... Un día se desahoga ante un crucifijo: "¿Qué mal he hecho, Señor, para verme como estoy?". Cristo Crucificado le dice: "Y, yo, Pedro, ¿qué mal hice?". Estas atribuciones que la tradición le dan, son fiel reflejo de la intensa comunicación que con Dios tenía a través de la Oración. Algo que había trascendido a los demás. La gente de Oración profunda transpira esa experiencia y no hace falta que publique sus experiencias místicas. Por lo general, éstas se convierten en reflexiones profundas y acciones apostólicas.
El Papa Gregorio IX le conoce y le nombra en 1232 Inquisidor General: Roma, Florencia y Milán conocerán a este apóstol de Cristo. Los milagros refrendan su vida abnegada por Cristo y por los hombres.
Sucesivamente es superior de los Conventos de Piaccenza, Como y Génova. En 1243 Inocencio IV confirma a Pedro como Inquisidor General; pero una conjura pesa sobre él para asesinarle.
Su martirio es como un eco de la muerte de Cristo, pues es fruto de 40 libras (moneda de Milán). Era el 6 de abril de 1252. Regresaba de Milán a su Convento de Como, donde era Prior. Cerca de la aldea de Barsalina recibe dos golpes de hacha en la cabeza, comienza a recitar en voz alta el credo, las fuerzas le faltan y mojando un dedo en su sangre escribe en el suelo "CREO".
El Credo es la síntesis de su vida, de su abnegada entrega, de una fidelidad emocionante a Cristo Crucificado a quien ama. Tenía 46 años. Su cuerpo es trasladado al convento de Milán.
El 25 de marzo del año siguiente Inocencio IV le canoniza. Es el protomártir de la Orden Dominicana Su fiesta se celebra el 4 de Junio.

San Vicente Ferrer 5 de Abril



Se hizo religioso en la Comunidad de los Padres Dominicos y, por su gran inteligencia, a los 21 años ya era profesor de filosofía en la universidad.
Durante su juventud el demonio lo asaltó con violentas tentaciones y, además, como era extraordinariamente bien parecido, varias mujeres de dudosa conducta se enamoraron de él y como no les hizo caso a sus zalamerías, le inventaron terribles calumnias contra su buena fama. Todo esto lo fue haciendo fuerte para soportar las pruebas que le iban a llegar después.
Siendo un simple diácono lo enviaron a predicar a Barcelona. La ciudad estaba pasando por un período de hambre y los barcos portadores de alimentos no llegaban. Entonces Vicente en un sermón anunció una tarde que esa misma noche llegarían los barcos con los alimentos tan deseados. Al volver a su convento, el superior lo regañó por dedicarse a hacer profecías de cosas que él no podía estar seguro de que iban a suceder. Pero esa noche llegaron los barcos, y al día siguiente el pueblo se dirigió hacia el convento a aclamar a Vicente, el predicador. Los superiores tuvieron que trasladarlo a otra ciudad para evitar desórdenes.
Vicente estaba muy angustiado porque la Iglesia Católica estaba dividida entre dos Papas y había muchísima desunión. De tanto afán se enfermó y estuvo a punto de morir. Pero una noche se le apareció Nuestro Señor Jesucristo, acompañado de San Francisco y Santo Domingo de Guzmán y le dio la orden de dedicarse a predicar por ciudades, pueblos, campos y países. Y Vicente recuperó inmediatamente su salud
En adelante por 30 años, Vicente recorre el norte de España, y el sur de Francia, el norte de Italia, y el país de Suiza, predicando incansablemente, con enormes frutos espirituales.
Los primeros convertidos fueron judíos y moros. Dicen que convirtió más de 10,000 judíos y otros tantos musulmanes o moros en España. Y esto es admirable porque no hay gente más difícil de convertirse al catolicismo que un judío o un musulmán.
Las multitudes se apiñaban para escucharle, donde quiera que él llegaba. Tenía que predicar en campos abiertos porque las gentes no cabían en los templos. Su voz sonora, poderosa y llena de agradables matices y modulaciones y su pronunciación sumamente cuidadosa, permitían oírle y entenderle a más de una cuadra de distancia.
Sus sermones duraban casi siempre más de dos horas (un sermón suyo de las Siete Palabras en un Viernes Santo duró seis horas), pero los oyentes no se cansaban ni se aburrían porque sabía hablar con tal emoción y de temas tan propios para esas gentes, y con frases tan propias de la S. Biblia, que a cada uno le parecía que el sermón había sido compuesto para él mismo en persona.
Antes de predicar rezaba por cinco o más horas para pedir a Dios la eficacia de la palabra, y conseguir que sus oyentes se transformaran al oírle. Dormía en el puro suelo, ayunaba frecuentemente y se trasladaba a pie de una ciudad a otra (los últimos años se enfermó de una pierna y se trasladaba cabalgando en un burrito).
En aquel tiempo había predicadores que lo que buscaban era agradar a los oídos y componían sermones rimbombantes que no convertían a nadie. En cambio a San Vicente lo que le interesaba no era lucirse sino convertir a los pecadores. Y su predicación conmovía hasta a los más fríos e indiferentes. Su poderosa voz llegaba hasta lo más profundo del alma. En pleno sermón se oían gritos de pecadores pidiendo perdón a Dios, y a cada rato caían personas desmayadas de tanta emoción. Personas que siempre habían odiado, hacían las paces y se abrazaban. Pecadores endurecidos en sus vicios pedían confesores. El santo tenía que llevar consigo una gran cantidad de sacerdotes para que confesaran a los penitentes arrepentidos. Hasta 15,000 personas se reunían en los campos abiertos, para oírle.
Después de sus predicaciones lo seguían dos grandes procesiones: una de hombres convertidos, rezando y llorando, alrededor de una imagen de Cristo Crucificado; y otra de mujeres alabando a Dios, alrededor de una imagen de la Santísima Virgen. Estos dos grupos lo acompañaban hasta el próximo pueblo a donde el santo iba a predicar, y allí le ayudaban a organizar aquella misión y con su buen ejemplo conmovían a los demás.
Como la gente se lanzaba hacia él para tocarlo y quitarle pedacitos de su hábito para llevarlos como reliquias, tenía que pasar por entre las multitudes, rodeado de un grupo de hombres encerrándolo y protegiéndolo entre maderos y tablas. El santo pasaba saludando a todos con su sonrisa franca y su mirada penetrante que llegaba hasta el alma.
Las gentes se quedaban admiradas al ver que después de sus predicaciones se disminuían enormemente las borracheras y la costumbre de hablar cosas malas, y las mujeres dejaban ciertas modas escandalosas o adornos que demostraban demasiada vanidad y gusto de aparecer. Y hay un dato curioso: siendo tan fuerte su modo de predicar y atacando tan duramente al pecado y al vicio, sin embargo las muchedumbres le escuchaban con gusto porque notaban el gran provecho que obtenían al oírle sus sermones.
Vicente fustigaba sin miedo las malas costumbres, que son la causa de tantos males. Invitaba incesantemente a recibir los santos sacramentos de la confesión y de la comunión. Hablaba de la sublimidad de la Santa Misa. Insistía en la grave obligación de cumplir el mandamiento de Santificar las fiestas. Insistía en la gravedad del pecado, en la proximidad de la muerte, en la severidad del Juicio de Dios, y del cielo y del infierno que nos esperan. Y lo hacía con tanta emoción que frecuentemente tenía que suspender por varios minutos su sermón porque el griterío del pueblo pidiendo perdón a Dios, era inmenso.
Pero el tema en que más insistía este santo predicador era el Juicio de Dios que espera a todo pecador. La gente lo llamaba "El ángel del Apocalipsis", porque continuamente recordaba a las gentes lo que el libro del Apocalipsis enseña acerca del Juicio Final que nos espera a todos. El repetía sin cansarse aquel aviso de Jesús: "He aquí que vengo, y traigo conmigo mi salario. Y le daré a cada uno según hayan sido sus obras" (Apocalipsis 22,12). Hasta los más empecatados y alejados de la religión se conmovían al oírle anunciar el Juicio Final, donde "Los que han hecho el bien, irán a la gloria eterna y los que se decidieron a hacer el mal, irán a la eterna condenación" (San Juan 5, 29).
Los milagros acompañaron a San Vicente en toda su predicación. Y uno de ellos era el hacerse entender en otros idiomas, siendo que él solamente hablaba su lengua materna y el latín. Y sucedía frecuentemente que las gentes de otros países le entendían perfectamente como si les estuviera hablando en su propio idioma. Era como la repetición del milagro que sucedió en Jerusalén el día de Pentecostés, cuando al llegar el Espíritu Santo en forma de lenguas de fuego, las gentes de 18 países escuchaban a los apóstoles cada uno en su propio idioma, siendo que ellos solamente les hablaban en el idioma de Israel.
San Vicente se mantuvo humilde a pesar de la enorme fama y de la gran popularidad que le acompañaban, y de las muchas alabanzas que le daban en todas partes. Decía que su vida no había sido sino una cadena interminable de pecados. Repetía: "Mi cuerpo y mi alma no son sino una pura llaga de pecados. Todo en mí tiene la fetidez de mis culpas". Así son los santos. Grandes ante la gente de la tierra pero se sienten muy pequeñitos ante la presencia de Dios que todo lo sabe.
Los últimos años, ya lleno de enfermedades, lo tenían que ayudar a subir al sitio donde iba a predicar. Pero apenas empezaba la predicación se transformaba, se le olvidaban sus enfermedades y predicaba con el fervor y la emoción de sus primeros años. Era como un milagro. Durante el sermón no parecía viejo ni enfermo sino lleno de juventud y de entusiasmo. Y su entusiasmo era contagioso. Murió en plena actividad misionera, el Miércoles de Ceniza, 5 de abril del año 1419. Fueron tantos sus milagros y tan grande su fama, que el Papa lo declaró santo a los 36 años de haber muerto, en 1455.
El santo regalaba a las señoras que peleaban mucho con su marido, un frasquito con agua bendita y les recomendaba: "Cuando su esposo empiece a insultarle, échese un poco de esta agua a la boca y no se la pase mientras el otro no deje de ofenderla". Y esta famosa "agua de Fray Vicente" producía efectos maravillosos porque como la mujer no le podía contestar al marido, no había peleas. Ojalá que en muchos de nuestros hogares se volviera a esta bella costumbre de callar mientras el otro ofende. Porque lo que produce la pelea no es la palabra ofensiva que se oye, si no la palabra ofensiva que se responde.

    San Isidoro 4 de Abril



    Su hermano mayor, San Leandro, que era obispo de Sevilla, se encargó de su educación obteniendo que Isidoro adquiriera el hábito o costumbre de dedicar mucho tiempo a estudiar y leer, lo cual le fue de gran provecho para toda la vida.
    Al morir Leandro, lo reemplazó Isidoro como obispo de Sevilla, y duró 38 años ejerciendo aquel cargo, con gran brillo y notables éxitos.
    Isidoro fue el obispo más sabio de su tiempo en España. Poseía la mejor biblioteca de la nación. Escribió varios libros que se hicieron famosos y fueron muy leídos por varios siglos como por ej. Las Etimologías, que se pueden llamar el Primer Diccionario que se hizo en Europa. También escribió La Historia de los Visigodos y biografías de hombres ilustres.
    San Isidoro es como un puente entre la Edad Antigua que se acababa y la Edad Media que empezaba. Su influencia fue muy grande en toda Europa y especialísimamente en España, y su ejemplo llevó a muchos a dedicar sus tiempos libres al estudio y a las buenas lecturas.
    Fue la figura principal en el Concilio de Toledo (año 633) del cual salieron leyes importantísimas para toda la Iglesia de España y que contribuyeron muy fuertemente a mantener firme la religiosidad en el país.
    Se preocupaba mucho porque el clero fuera muy bien instruido y para eso se esforzó porque en cada diócesis hubiera un colegio para preparar a los futuros sacerdotes, lo cual fue como una preparación a los seminarios que siglos más tarde se iban a fundar en todas partes.
    Dice San Ildefonso que "la facilidad de palabra era tan admirable en San Isidoro, que las multitudes acudían de todas partes a escucharle y todos quedaban maravillados de su sabiduría y del gran bien que se obtenía al oír sus enseñanzas".
    Su amor a los pobres era inmenso, y como sus limosnas eran tan generosas, su palacio se veía continuamente visitado por gentes necesitadas que llegaban a pedir y recibir ayudas. De todas las ciencias la que más le agradaba y más recomendaba era el estudio de la Sagrada Biblia, y escribió unos comentarios acerca de cada uno de los libros de la S. Biblia. Cuando sintió que iba a morir, pidió perdón públicamente por todas las faltas de su vida pasada y suplicó al pueblo que rogara por él a Dios. A los 80 años de edad murió, el 4 de abril del año 636.
    La Santa Sede de Roma lo declaró "Doctor de la Iglesia".

    Santa María de Egipto 3 de Abril



    Una hermosa tradición muy antigua cuenta que en el siglo V un santo sacerdote llamado Zózimo después de haber pasado muchos años de monje en un convento de Palestina dispuso irse a terminar sus días en el desierto de Judá, junto al río Jordán. Y que un día vio por allí una figura humana, que más parecía un esqueleto que una persona robusta. Se le acercó y le preguntó si era un monje y recibió esta respuesta: "Yo soy una mujer que he venido al desierto a hacer penitencia de mis pecados". Según la tradición aquella mujer le narró la siguiente historia: Su nombre era María. Era de Egipto. Desde los 12 años llevada por sus pasiones sensuales y su exagerado amor a la libertad se fugó de la casa. Cometió toda clase de impurezas y hasta se dedicó a corromper a otras personas. Después se unió a un grupo de peregrinos que de Egipto iban al Santo Sepulcro de Jerusalén. Pero ella no iba a rezar sino a divertirse y a pasear.
    Y sucedió que al llegar al Santo Sepulcro, mientras los demás entraban fervorosos a rezar, ella sintió allí en la puerta del templo que una mano la detenía con gran fuerza y la echaba a un lado. Y esto le sucedió por tres veces, cada vez que ella trataba de entrar al santo templo. Y una voz le dijo: "Tú no eres digna de entrar en este sitio sagrado, porque vives esclavizada al pecado". Ella se puso a llorar, pero de pronto levantó los ojos y vio allí cerca de la entrada una imagen de la Sma. Virgen que parecía mirarla con gran cariño y compasión. Entonces la pecadora se arrodilló llorando y le dijo: "Madre, si me es permitido entrar al templo santo, yo te prometo que dejaré esta vida de pecado y me dedicaré a una vida de oración y penitencia. Y le pareció que la Virgen Santísima le aceptaba su propuesta. Trató de entrar de nuevo al templo y esta vez sí le fue permitido. Allí lloró largamente y pidió por muchas horas el perdón de sus pecados. Estando en oración le pareció que una voz le decía: "En el desierto más allá del Jordán encontrarás tu paz".
    María egipciana se fue al desierto y allí estuvo por 40 años rezando, meditando y haciendo penitencia. Se alimentaba de dátiles, de raíces, de langostas y a veces bajaba a tomar agua al río. En el verano el terrible calor la hacía sufrir muchísimo y la sed la atormentaba. En invierno el frío era su martirio. Durante 17 años vivió atormentada por la tentación de volver otra vez a Egipto a dedicarse a su vida anterior de sensualidad, pero un amor grande a la Sma. Virgen Virgen María le daba fortaleza para resistir a las tentaciones. Y Dios le revelaba muchas verdades sobrenaturales cuando ella estaba dedicada a la oración y a la meditación.
    Le hizo prometer al santo anciano que no contaría nada de esta historia mientras ella no hubiera muerto. Y le pidió que le trajera la Sagrada Comunión. Era Jueves Santo y San Zózimo le llevó la Sagrada Eucaristía. Quedaron de encontrarse el Día de Pascua, pero cuando el santo volvió la encontró muerta, sobre la arena, con esta inscripción en un pergamino: "Padre Zózimo, he pasado a la eternidad el Viernes Santo día de la muerte del Señor, contenta de haber recibido su santo cuerpo en la Eucaristía. Ruegue por esta pobre pecadora, y devuélvale a la tierra este cuerpo que es polvo y en polvo tiene que convertirse". El monje no tenía herramientas para hacer la sepultura, pero entonces llegó un león y con sus garras abrió una sepultura en la arena y se fue. Zózimo al volver de allí narró a otros monjes la emocionante historia, y pronto junto a aquella tumba empezaron a obrarse milagros y prodigios y la fama de la santa penitente se extendió por muchos países.
    San Alfonso de Ligorio y muchos otros predicadores narraron muchas veces y dejaron escrita en sus libros la historia de María Egipciaca, como un ejemplo de lo que obra en un alma pecadora, la intercesión de la Sma. Madre del Salvador, la cual se digne también interceder por nosotros pecadores para que abandonemos nuestra vida de maldad y empecemos ya desde ahora una vida de penitencia y santidad.

    San Francisco de Paula 2 de Abril



    Se retiró a la montaña, y ahí permaneció durante cinco años, rezando, meditando y alimentándose solamente de agua y de hierbas silvestres y durmiendo sobre el duro suelo, teniendo por almohada una piedra. Pronto, varios hombres siguieron su ejemplo. Francisco tuvo que fundar varias casas para sus religiosos y, en todos sus conventos puso una consigna o ley que había que cumplir siempre. Decía así: "Cuaresma perpetua". Esto quiere decir que en la alimentación se debían hacer las mortificaciones que antiguamente se hacían en cuaresma con el fin de fortificar la voluntad.
    Miles de hombres decidieron abandonar la vida pecaminosa del mundo e irse a la Comunidad religiosa fundada por San Francisco de Paula. Así como San Francisco de Asís les había puesto a sus religiosos el nombre de "hermanos menores", San Francisco de Paula les puso a los que pertenecían a su comunidad el nombre de "hermanos Mínimos". El Divino Espíritu le concedió a San Francisco de Paula el don de hacer milagros, de hacer curaciones, y el don de profecía.
    El Papa Pablo VI dijo en 1977 que San Francisco de Paula es un verdadero modelo para los que tienen que llamarles la atención a los gobernantes que abusan de su poder y que malgastan en gastos innecesarios el dinero que deberían emplear en favor de los pobres. Por muchos años nuestro santo recorrió ciudades y pueblos llevando los mensajes de Dios a las gentes. Y en aquellos tiempos (como ahora) había alcaldes, gobernadores, ministros y hasta jefes de Estado que abusaban de su poder y gastaban los dineros públicos para enriquecerse o para hacer gastos inútiles y conseguir lujos, en vez de socorrer a los necesitados. A ellos les iba recordando San Francisco que a cada uno le dirá Cristo en el día del juicio aquellas palabras que dijo en el Evangelio: "Dame cuenta de tu administración".
    También les recordaba esta frase del Apocalipsis: "He aquí que tengo y traigo conmigo mi salario. Y le daré a cada uno según hayan sido sus obras". Todo esto hacía pensar muy seriamente a muchos gobernantes y los llevaba a corregir los modos equivocados de proceder que habían tenido en el pasado.
    El santo logró convertir a Luis XI antes de su muerte. Este quedó tan agradecido que nombró a Francisco de Paula como director espiritual de su hijo, el futuro Carlos VIII, rey de Francia.
    Murió el Santo, 2 de abril de 1507. El pueblo empezó inmediatamente a proclamarlo como santo y los milagros empezaron a sucederse.
    Doce años después de su muerte, fue proclamado santo por el Sumo Pontífice León X, en 1519.

    San Lodovico Pavoni 1er de Abril



    Ludovico Pavoni nace en Brescia el 11 de septiembre de 1784, el primero de cinco hermanos, del matrimonio Alejandro y Lelia Poncarali.
    Vivió en una época caracterizada por profundos cambios políticos y sociales: la Revolución Francesa (1789), la Jacobina (1797), el dominio napoleónico con sus diferentes denominaciones y por fin, desde 1814, el Austriaco. Pero la «política» de Ludovico Pavoni, ordenado sacerdote en 1807, fue siempre y únicamente la política del amor. Renunciando a alcanzar altos cargos eclesiásticos, a los que parecía estar llamado cuando el Obispo Monseñor Gabrio.
    María Nava le quiere como su secretario (1812), supo dedicarse con creatividad generosa a quien tenía más necesidad: los jóvenes y entre éstos los más pobres. Para ellos abrió un centro formativo, su «Oratorio» (1812). Al mismo tiempo, se entregaba, como destacará el Obispo, «en apoyo de los párrocos para instruir, catequizar por medio de homilías, de catequesis, de ejercicios espirituales sobre todo a la juventud y especialmente a la más pobre que tenía mayor necesidad, con muy buenos resultados». El 16 de marzo de 1818 es nombrado Canónigo de la Catedral y se le confia la rectoría de la Basílica de S. Bernabé.
    Notando, entonces, que muchos de los chicos de su Oratorio, sobre todo los pobres, decaían en su empeño y se desviaban del buen camino, cuando tenían que insertarse en el mundo del trabajo, que por desgracia no garantizaba un sano ambiente moral y cristiano, Ludovico Pavoni decide fundar «un Instituto o Escuela de Artes de carácter benéfico y privado, donde al menos los huérfanos, o abandonados por sus propios padres fuesen acogidos, mantenidos gratuitamente, educados cristianamente, y capacitados para desempeñar alguna arte, a fin de formarles queridos para la religión, y útiles para la sociedad y el Estado». Nace así, en 1821, el Instituto de S. Bernabé.
    Entre las artes, la más importante fue la Tipografia, querida por Pavoni como «Escuela Tipográfica», que se puede considerar la primera Escuela gráfica de Italia y que pronto llega a ser una verdadera Casa Editorial. Con el paso del tiempo se multiplican los oficios enseñados en S. Bernabé: en 1831, Pavoni detalla ocho oficios existentes: Tipografia, encuadernación de libros, papelería, plateros, cerrajeros, carpinteros, torneros, zapateros.
    El Instituto de S. Bernabé unía por primera vez el aspecto educativo, el asistencial y el profesional, pero la fisonomía más profunda «la idea característica» del nuevo Instituto era que «los muchachos pobres, abandonados por sus padres y sus parientes más cercanos, encontrasen todo lo que habían perdido: ... no solamente... pan, vestido y educación en las letras y las artes, sino también el padre y la madre, la familia, de los cuales la mala suerte les ha privado, y con el padre, la madre, la familia todo lo que un pobre podía recibir y gozar».
    Durante el cólera de 1836, «con una simple invitación Municipal, y sin la esperanza de recibir ninguna contribución económica, son acogidos gratuitamente en el Pío instituto, alimentados y educados con verdadero amor paterno. ... muchos, y muchos muchachos aun incapaces». Así se lee en las actas de la reunión extraordinaria del Municipio de Brescia del 21 de agosto de 1841.
    Pavoni pensó también en los labradores y proyectó una Escuela Agrícola. En 1841, acoge en el Instituto a los Sordomudos.
    El 3 de junio de 1844 era condecorado por el Emperador de Austria con el título de Caballero de la Corona de hierro.
    Para sostener y continuar el Instituto, Ludovico Pavoni ya desde hacía tiempo andaba madurando la idea de formar con sus jóvenes más fervorosos «una Congregación, que unida con los estrechos vínculos de la caridad, y basada en las virtudes evangélicas, se consagrase a acoger y a educar a los muchachos abandonados, y dilatase gratuitamente sus cuidados también a favor de las Casas de Industria, que quizá por falta de maestros sabios y hábiles en las artes, sienten prejuicios, y agravios»: así ya en 1825 escribía al Emperador Francisco I, de visita en Brescia.
    Obtenido el elogio del fin de la Congregación, con decreto del 31 de marzo de 1843 de parte del papa Gregorio XVI, llega por fin la aprobación imperial el 9 de diciembre de 1846.
    Monseñor Luchi, Vicario General Capitular, haciendo uso de la facultad otorgada por la Santa Sede, erige canónicamente la Congregación de los Hijos de Maria, el 11 de agosto de 1847. Después de haber dado formalmente el 29 de noviembre las dimisiones del Capítulo de la Catedral, el 8 de diciembre de 1847, solemnidad de la Inmaculada, Pavoni emite su profesión perpetua.
    Acerca de la fisonomía de la nueva familia religiosa, los contemporáneos reconocen unánimemente la novedad y la originalidad, pues se compone de Religiosos sacerdotes para la dirección espiritual, disciplinar y administrativa de la obra y de religiosos Laicos para llevar adelante los talleres y la educación de los jóvenes. Aparece así la nueva figura del religioso trabajador y educador: el hermano coadjutor pavoniano, insertado directamente en la misión específica de la Congregación, con igualdad de derechos y de deberes con los Sacerdotes.
    El día después de estallar la insurrección contra los Austríacos, llamada de «los Diez Días», el sábado 24 de marzo de 1849, Ludovico Pavoni acompañaba a sus muchachos a la colina de Salano, a doce kilómetros de Brescia, para ponerlos a salvo del saqueo y de los incendios causados por la revuelta, que justo en la plaza de S. Bernabé había montado una barricada. No muy bien de salud, el 26 de marzo se agrava y al amanecer del uno de abril de 1849, domingo de Ramos, muere.
    La beatificación de Ludovico Pavoni confirma el decreto que el 5 de junio de 1947 Pío XII emanó sobre las virtudes heroicas, en el cual es llamado «otro Felipe Neri... precursor de san Juan Bosco... perfecto emulador de S. José Cottolengo».

    San Benjamín, Mártir 31 de marzo



    El rey Yezdigerd, hijo de Sapor II puso fin a la cruel persecución de los cristianos que había sido llevado al cabo en Persia durante el reinado de su padre. Sin embargo, el obispo Abdas con un celo mal entendido incendio el Pireo o templo del fuego, principal objeto del culto de los persas. El rey amenazó con destruir todas las iglesias de los cristianos, a menos que el obispo reconstruyera el templo, pero éste se rehusó a hacerlo; el rey lo mandó a matar e inició una persecución general que duró 40 años. Uno de los primeros mártires fue Benjamín, diácono. Después de que fuera golpeado, estuvo encarcelado durante un año, pero obtuvo su libertad gracias al embajador del Constantinopla y prometiendo bajo su responsabilidad que el santo se abstendría de hablar acerca de su religión. Sin embargo, Benjamín declaró que él no podía cumplir tal condición y, no perdió la oportunidad de predicar el Evangelio. Fue de nuevo aprehendido y llevado ante el rey, quien lo sometió a crueles torturas, siendo luego decapitado.

    San Zósimo, Obispo de Siracusa 30 de marzo



    Los padres del santo fueron terratenientes sicilianos, que dedicaron a su pequeño hijo al servicio de Santa Lucía y lo colocaron, a la edad de siete años, en un monasterio que llevaba el nombre de la santa, cerca de su hogar. Allí su principal ocupación fue la de cuidar las reliquias de la santa, tarea que no iba con la manera de ser del niño acostumbrado a la vida de campo, llegando a escapar del convento. Fue devuelto con humillación y tras soñar con San Lucía -quien tenia un semblante de enojo- y ver a la Santísima Madre interceder por él, Zósimo prometió que nunca haría de nuevo tales cosas, adaptándose a la vida del claustro.
    Durante 30 años vivió casi olvidado; al morir el abad de Santa Lucía, recayó en el obispo de Siracusa designar al nuevo abad, quien eligió a Zósimo, siendo ordenado luego unos días después como sacerdote. El santo gobernó el monasterio con tal sabiduría, amor y prudencia que superó a todos sus predecesores y a todos sus antecesores. Cuando la sede de Siracusa quedó vacante, el Papa Teodoro designó a Zósimo y lo consagró. Durante su episcopado, el santo fue notable por su celo en la enseñanza del pueblo y por su generosidad con los pobres.
    San Zósimo murió alrededor del año 660, a la edad de 90 años.

    martes, 23 de julio de 2019

    275. ¿Se pueden venerar las reliquias?-CATEQUESIS-



    La veneración de RELIQUIAS es una  necesidad humana natural, para mostrar  respeto y honor a personas veneradas. La  veneración de reliquias es correcta cuando  se alaba la acción de Dios en personas que  se han entregado totalmente a él. [1674]

    1674. Además de la liturgia sacramental y de los sacramentales, la catequesis debe tener en cuenta las formas de piedad de los fieles y de religiosidad popular. El sentido religioso del pueblo cristiano ha encontrado, en todo tiempo, su expresión en formas variadas de piedad en torno a la vida sacramental de la Iglesia: tales como la veneración de las reliquias, las visitas a santuarios, las peregrinaciones, las procesiones, el vía crucis, las danzas religiosas, el rosario, las medallas, etc. (cf. Concilio de Nicea II: DS 601; 603; Concilio de Trento: DS 1822).


    274. ¿Qué importancia tiene la llamada «piedad popular»?-CATEQUESIS-



    La piedad popular, que se expresa en la  veneración de RELIQUIAS, en procesiones,  peregrinaciones y devociones, es una forma  importante de la inculturación de la fe que  es buena en tanto sea eclesial, conduzca a  Cristo y no pretenda ganarse el cielo por  medio de obras al margen de la gracia de  Dios. [1674­1676]

    1674. Además de la liturgia sacramental y de los sacramentales, la catequesis debe tener en cuenta las formas de piedad de los fieles y de religiosidad popular. El sentido religioso del pueblo cristiano ha encontrado, en todo tiempo, su expresión en formas variadas de piedad en torno a la vida sacramental de la Iglesia: tales como la veneración de las reliquias, las visitas a santuarios, las peregrinaciones, las procesiones, el vía crucis, las danzas religiosas, el rosario, las medallas, etc. (cf. Concilio de Nicea II: DS 601; 603; Concilio de Trento: DS 1822).

    1676. Se necesita un discernimiento pastoral para sostener y apoyar la religiosidad popular y, llegado el caso, para purificar y rectificar el sentido religioso que subyace en estas devociones y para hacerlas progresar en el conocimiento del Misterio de Cristo. Su ejercicio está sometido al cuidado y al juicio de los obispos y a las normas generales de la Iglesia (cf. CT 54). «La religiosidad del pueblo, en su núcleo, es un acervo de valores que responde con sabiduría cristiana a los grandes interrogantes de la existencia. La sapiencia popular católica tiene una capacidad de síntesis vital; así lleva conjunta y creadoramente lo divino y lo humano; Cristo y María, espíritu y cuerpo; comunión e institución; persona y comunidad; fe y patria, inteligencia y afecto. Esa sabiduría es un humanismo cristiano que afirma radicalmente la dignidad de toda persona como hijo de Dios, establece una fraternidad fundamental, enseña a encontrar la naturaleza y a comprender el trabajo y proporciona las razones para la alegría y el humor, aun en medio de una vida muy dura. Esa sabiduría es también para el pueblo un principio de discernimiento, un instinto evangélico por el que capta espontáneamente cuándo se sirve en la Iglesia al Evangelio y cuándo se lo vacía y asfixia con otros intereses (III Conferencia General del Episcopado Latinoamericano, Puebla. la Evangelización en el presente y en el futuro de América Latina, 448; cf. EN 48)

    273. ¿Practica la Iglesia todavía hoy el exorcismo?-CATEQUESIS-



    En todo Bautismo se realiza el llamado EXORCISMO simple, una oración en la que el niño es  sustraído del poder del maligno y es fortalecido contra las «fuerzas y poderes» que ha  derrotado Jesús. El exorcismo solemne es una oración, mediante la cual, por el poder de  Jesús, un cristiano bautizado es sustraído a la influencia y al poder del maligno; este  exorcismo se realiza en contadas ocasiones y sólo después de un riguroso examen. [1673] Lo que se representa en las películas como «exorcismo» no se corresponde, en la mayoría de los casos, con  la verdad de Jesús y de la Iglesia. Se narra con frecuencia en los Evangelios que Jesús expulsaba  demonios. Tenía poder sobre poderes y fuerzas malignos y podía liberar a personas sometidas a ellos.  Jesús dio a los apóstoles «autoridad para expulsar espíritus inmundos y curar toda enfermedad y toda  dolencia» (Mt 10,1). Lo mismo hace la Iglesia, cuando un SACERDOTE, que ha recibido este encargo,  pronuncia la oración del exorcismo sobre una persona que lo solicita. Antes se excluye que se trate de un  fenómeno psíquico (estos asuntos son competencia del psiquiatra). En el exorcismo se trata de rechazar  una tentación y un asedio espiritual y de la liberación del poder del maligno. 90­91

    1673. Cuando la Iglesia pide públicamente y con autoridad, en nombre de Jesucristo, que una persona o un objeto sea protegido contra las asechanzas del Maligno y sustraída a su dominio, se habla de exorcismo. Jesús lo 1128 2001 1078 923 925, 903 395 550 1237 2688 2669, 2678 426 practicó (cf. Mc 1,25-26; etc.), de Él tiene la Iglesia el poder y el oficio de exorcizar (cf. Mc 3,15; 6,7.13; 16,17). En forma simple, el exorcismo tiene lugar en la celebración del Bautismo. El exorcismo solemne llamado «el gran exorcismo» sólo puede ser practicado por un sacerdote y con el permiso del obispo. En estos casos es preciso proceder con prudencia, observando estrictamente las reglas establecidas por la Iglesia. El exorcismo intenta expulsar a los demonios o liberar del dominio demoníaco gracias a la autoridad espiritual que Jesús ha confiado a su Iglesia. Muy distinto es el caso de las enfermedades, sobre todo psíquicas, cuyo cuidado pertenece a la ciencia médica. Por tanto, es importante, asegurarse, antes de celebrar el exorcismo, de que se trata de un presencia del Maligno y no de una enfermedad (cf. CIC can. 1172).


    272. ¿Qué son los sacramentales?-CATEQUESIS-


    Los sacramentales son signos sagrados o  acciones sagradas por las que se confiere  una bendición. [1667­1672,1677­1678] Ejemplos típicos de sacramentales son la  imposición de la ceniza el Miércoles de Ceniza, el  lavatorio de los pies, el uso del agua bendita, la  bendición de la mesa, las palmas del Domingo de  Ramos, la bendición de diferentes objetos, las  procesiones, el exorcismo y el rito de la profesión  en una congregación religiosa.

    1667. "La Santa Madre Iglesia instituyó, además, los sacramentales. Estos son signos sagrados con los que, imitando de alguna manera a los sacramentos, se expresan efectos, sobre todo espirituales, obtenidos por la intercesión de la Iglesia. Por ellos, los hombres se disponen a recibir el efecto principal de los sacramentos y se santifican las diversas

    1672. Ciertas bendiciones tienen un alcance permanente: su efecto es consagrar personas a Dios y reservar para el uso litúrgico objetos y lugares. Entre las que están destinadas a personas –que no se han de confundir con la ordenación sacramental– figuran la bendición del abad o de la abadesa de un monasterio, la consagración de vírgenes y de viudas, el rito de la profesión religiosa y las bendiciones para ciertos ministerios de la Iglesia (lectores, acólitos, catequistas, etc.). Como ejemplo de las que se refieren a objetos, se puede señalar la dedicación o bendición de una iglesia o de un altar, la bendición de los santos óleos, de los vasos y ornamentos sagrados, de las campanas, etc

    1678. Entre los sacramentales, las bendiciones ocupan un lugar importante. Comprenden a la vez la alabanza de Dios por sus obras y sus dones, y la intercesión de la Iglesia para que los hombres puedan hacer uso de los dones de Dios según el espíritu de los Evangelios 

    271. ¿Qué quiere decir que la familia es una «iglesia doméstica»?-CATEQUESIS-



    Lo que la IGLESIA es en lo grande, es la familia en lo pequeño: una imagen del  amor de Dios en la comunión de las personas. Todo matrimonio se perfecciona en  la apertura a otros, a los niños que son don de Dios, en la acogida mutua, en la  hospitalidad, en [a disponibilidad para otros. [1655­1657] Nada en la Iglesia primitiva fascinaba más a los hombres en el «nuevo camino» de los  cristianos que las «iglesias domésticas». Con frecuencia alguien «creyó en el Señor con toda  su familia; también otros muchos corintios ... creían y se bautizaban» (Hch l8,8). En un  mundo no creyente surgían islotes de fe vivida, lugares de oración, de compartir, de  hospitalidad cordial. Roma, Corinto, Antioquía, las grandes ciudades de la Antigüedad,  quedaron pronto inundadas de iglesias domésticas como si fueran puntos de luz. También  hoy en día las familias, en las que Cristo se encuentra en su casa, son el gran fermento de  renovación de nuestra sociedad. 368

    1655. Cristo quiso nacer y crecer en el seno de la Sagrada Familia de José y de María. La Iglesia no es otra cosa que la "familia de Dios". Desde sus orígenes, el núcleo de la Iglesia estaba a menudo constituido por los que, "con toda su casa", habían llegado a ser creyentes (cf. Hch 18,8). Cuando se convertían deseaban también que se salvase "toda su casa" (cf. Hch 16, 31; 11,14). Estas familias convertidas eran islotes de vida cristiana en un mundo no creyente

    1657. Aquí es donde se ejercita de manera privilegiada el sacerdocio bautismal del padre de familia, de la madre, de los hijos, de todos los miembros de la familia, "en la recepción de los sacramentos, en la oración y en la acción de gracias, con el testimonio de una vida santa, con la renuncia y el amor que se traduce en obras" (LG 10). El hogar es así la primera escuela de vida cristiana y "escuela del más rico humanismo" (GS 52,1). Aquí se aprende la paciencia y el gozo del trabajo, el amor fraterno, el perdón generoso, incluso reiterado, y sobre todo el culto divino por medio de la oración y la ofrenda de la propia vida.

    270. ¿Qué actitud tiene la Iglesia con los divorciados casados de nuevo?-CATEQUESIS-



    Siguiendo el ejemplo de Cristo, los acoge con amor. Pero quien, después de un  matrimonio canónico se divorcia y, en vida del cónyuge, establece una nueva  unión, se coloca ciertamente en contradicción con la clara exigencia de Jesús  respecto a la indisolubilidad del matrimonio. Esta exigencia no puede ser  suprimida por la Iglesia. La ruptura de la fidelidad está en contradicción con la  EUCARISTÍA, en la que la Iglesia celebra precisamente la irrevocabilidad del  amor de Dios. Por eso no puede acceder a la sagrada COMUNIÓN quien vive en  una situación tan contradictoria. [1665, 2384] Lejos de tratar por igual todos los casos concretos, el papa Benedicto XVI habla de una  «situación dolorosa» y exhorta a los pastores a «discernir bien las diversas situaciones,  para ayudar espiritualmente de modo adecuado a los fieles implicados» (Sacramentum  Caritatis, 29). 424

    1665. Contraer un nuevo matrimonio por parte de los divorciados mientras viven sus cónyuges legítimos contradice el plan y la ley de Dios enseñados por Cristo. Los que viven en esta situación no están separados de la Iglesia pero no pueden acceder a la comunión eucarística. Pueden vivir su vida cristiana sobre todo educando a sus hijos en la fe.

    269. ¿Pueden separarse cónyuges que están peleados?-CATEQUESIS-



    La Iglesia tiene un gran respeto ante la capacidad que tiene una persona para  mantener una promesa y para comprometerse en fidelidad para toda la vida. Ella le  toma la palabra. Cualquier matrimonio puede correr peligro a causa de alguna  crisis. El diálogo, la oración (en común), a veces también la ayuda especializada,  pueden ayudar a salir de la crisis. Y en especial, el recuerdo de que en todo  matrimonio sacramental hay un tercero en la unión, Cristo, puede encender de  nuevo la esperanza. Pero a quien su matrimonio se ha vuelto insoportable, o a quien  está expuesto a violencia psíquica o física, le está permitido separarse. Esto se  denomina una «separación de mesa y cama», que debe ser comunicada a la Iglesia.  Aunque en estos casos se ha roto la convivencia, el matrimonio sigue siendo válido.  [1629,1649] Ciertamente también hay casos en los que la crisis de un matrimonio se debe atribuir en  último término a que uno de los cónyuges o ambos no eran capaces de contraer matrimonio en  el momento del enlace o no aportaban una voluntad plena de contraerlo. Entonces el  matrimonio es inválido en el sentido jurídico. En estos casos se puede instruir un proceso de  nulidad ante los tribunales eclesiásticos. 424


    1629. Por esta razón (o por otras razones que hacen nulo e inválido el matrimonio [cf. CIC can. 1095-1107]), la Iglesia, tras examinar la situación por el tribunal eclesiástico competente, puede declarar "la nulidad del matrimonio", es decir, que el matrimonio no ha existido. En este caso, los contrayentes quedan libres para casarse, aunque deben cumplir las obligaciones naturales nacidas de una unión precedente anterior (cf. CIC, can. 1071 § 1,

    1649. Existen, sin embargo, situaciones en que la convivencia matrimonial se hace prácticamente imposible por razones muy diversas. En tales casos, la Iglesia admite la separación física de los esposos y el fin de la cohabitación. Los esposos no cesan de ser marido y mujer delante de Dios; ni son libres para contraer una nueva unión. En esta situación difícil, la mejor solución sería, si es posible, la reconciliación. La comunidad cristiana está llamada a ayudar a estas personas a vivir cristianamente su situación en la fidelidad al vínculo de su matrimonio que permanece indisoluble (cf. FC; 83; CIC can 1151-1155).


    miércoles, 17 de julio de 2019

    ¿COMO SABOREAR LA VERDADERA FE?




    NO SABEMOS SABOREAR LA FE

    Autor: Freddie Loya
    AUTOR: FREDDIE LOYA
    En muchas de las ocasiones el gran problema de un cristiano es que se desvía parcialmente o completamente de la iglesia por razones que a veces suelen ser no ser comprensibles y mucho de ello es que nos falta la ¨la experiencia religiosa¨. Son muchos los que dicen ser cristianos y pronunciarse católicos con voz alta y sin embargo con el tiempo se marchitan y se apagan, probablemente es que nunca pudieron disfrutar de su fe, esa fe que realmente a pesar de cualquier prueba o situación se sabe disfrutar, gustar e incluso saborear esa adhesión a Jesús. Una de las preguntas que se me viene a la mente es ¿Cómo se puede ser creyente sin gustar del amor acogedor de Dios?
    En el caminar de la iglesia por muchos años y la sabiduría que por grandes conocedores y doctores han ayudado en gran manera a poder llevar la fe a una ¨adhesión doctrinal¨ de nuestro Señor Jesucristo. Esto en muchas de las veces ha provocado a hacerla crecer, pero a veces en realidad son pocos los que de manera radical desean comunicarse gozosamente con El.
    De tal forma aparece así en las celebraciones litúrgicas, nos aprendemos los ritos externos pronunciamos y cantamos palabras hermosas, pero muchas veces parece acontecer por fuera donde nunca llega a ver un cambio, donde solo el sentimiento produce esas ganas de realizarlo pero nunca han llegado a  una comunicación plena con Dios.
    También es significativo lo que pasa cuando leemos las sagradas escrituras, debe ser un encuentro tan real y palpable que toque nuestro corazón hay muchas personas que se esfuerzan en explicarnos la escritura pero no hemos aprendido  a saborear el evangelio de Jesús, ese evangelio que impulso a muchos a cambiar su vida, ese evangelio que hizo caminar kilómetros llevando la buena notica, ese evangelio que al escucharlo y vivirlo te hacia vibrar de emoción y así te hacia tener un contacto íntimo con Jesús. Mucha. Pareciera que nos movemos por encima de la piel de la iglesia  y eso nos hace vivir como creyentes incapaces de vivir un evangelio pero en realidad en la iglesia no hace falta nada ya que Jesús dejo su espíritu en ella y a partir de ahí nosotros debemos buscar vivir una experiencia con el espíritu santo, que no haga sentir cada vez que estamos en contacto, una manera alegre y eficaz desde nuestro interior que nos renueve toda nuestra alma.
    Debemos buscar saborear en los detalles con Jesús y en la intimidad con su palabra la confianza y espontaneidad con El y revivir el gozo de estar con él. Pero esto no se realiza por frutos de nuestros esfuerzos si no de darle un espacio y un sitio en nuestro corazón al espíritu Santo. Y aprendamos como aquella samaritana a vivir el don de Dios, que solo descubre el creyente cuando en verdad abre su corazón y dispone su vida a ese encuentro de esa agua prometida por Jesús que se convierte en nosotros en manantial de agua viva y que salta hasta la vida eterna.

    NO DEJES PARA MAÑANA LO QUE PUEDES HACER HOY




    <<No dejes para mañana lo que puedes hacer hoy>>

    Autor: Margarita de Jesus HMSP

    ¿Cuántas veces hemos escuchado este refrán?, pero cómo cualquier consejo solo oímos y hasta nos da hasta risa, algunas personas, observan y nos dicen en lo que estamos mal o lo que dejamos de hacer y quizá lo que nos dicen sea para nuestro bien: ¡deja de fumar!, ¡deja de beber tanto!, no digas tantas groserías, entre otras más recomendaciones, pero ante esto seguimos nuestras vidas y no nos importa y pasa un día, una semana, un mes, un año, …. Más años y no hemos cambiado esos malos hábitos. Ante esto lo que nos falta es solo voluntad, donde esta palabra viene del latín voluntas que significa querer y que va acompañada de una “fuerza”. Se dice que las barreras las ponemos nosotros mismos de forma mental, al decir quisiera ser bueno, quisiera ya no enojarme tanto, quisiera ser amable, entre más propósitos, pero para esto debemos establecer objetivos claros, por ejemplo, a partir de hoy dedicaré una hora más de tiempo a mis hijos que a mi trabajo. Quizá ya para mañana no estaremos seguros si tendremos vida, nadie la tiene asegurada, solo Dios sabe hasta cuándo viviremos. Por otra parte debemos estar conscientes que es lo que más importa, nos estresamos hasta por cómo vamos a vestirnos, recordar en la vida que a veces las cosas que parecen simples son las que nos dan más alegría, el tratar de sonreír, un abrazo, el decir buenos días, agradecer por lo que tenemos y por lo que no tenemos.
    Nos dice la Palabra de Dios en el libro del Eclesiástico 30, 22-23. «La alegría del corazón es la vida del hombre, la dicha le alarga los años. La envidia y los pleitos han causado la muerte a muchos y el enojo no trae ningún provecho.» De lo que estamos seguros es solo del presente,  no debemos dejar pasar oportunidades como el visitar a nuestros padres, tampoco dejar pasar el tiempo de cambiar nuestros malos hábitos, nuestras malas costumbres, tampoco esperemos que las cosas alguien nos las haga, porque algo es muy cierto lo que no hagas por ti mismo nunca nadie lo va hacer. Las promesas que hagamos a nosotros mismos, tratemos de cumplirlas no poniendo propósitos que no cumplamos, sino cosas concretas, cosas que podamos cambiar de manera rápida.
    Hay un pensamiento de  Mahatma Gandhi que dice lo siguiente:
    Cuida tus pensamientos porque se cumplirán en tus palabras.
    Cuida tus palabras porque se cumplirán en tus actos.
    Cuida tus actos porque se cumplirán en tus hábitos.
    Cuida tus hábitos porque se cumplirán en tu destino.

    MARIA Rasgos de amor




    <<MARIA>>  RASGOS DE AMOR

    Autor: Freddie Loya

    Unas de los actos de amor que dejaron marcado el evangelio de Lucas fue la visitación de María a Isabel, este acto logro poner en contacto al Bautista y Jesús antes de nacer. Este episodio está lleno de mucha alegría formando una atmosfera muy especial. María e Isabel las dos van hacer madres, las dos han sido llamadas a colaborar con el plan de Dios, no hay varones. Zacarias ha quedado mudo. José se encuentra sorprendentemente ausente. Las dos mujeres ocupan toda la escena.
    María movida por el espíritu Santo corre de prisa desde Nazareth, se convierte en la figura central. Toda gira en torno a ella y a su Hijo. Ella brilla en el evangelio con una luz que ningún otro que ha sido llamado por Dios.
    Estos títulos fueron y serán enmarcados por todo los que comprendamos el misterio de María santísima:
    María la Madre de mi Señor. Así lo proclama Isabel a gritos y llena del espíritu santo, es cierto para nosotros los seguidores de Jesús, María es la Madre de nuestro Señor. De ahí podemos comenzar a comprender su grandeza que no es que se la de el hombre sino es el mismo Dios es el que lo hace. No se podría comprender a Jesús en gran manera si no es uniéndolo con María. Bendecida por Dios entre todas las mujeres y ella nos ofrece a Jesús. Fruto bendito de su vientre.
    María la creyente. Isabel la declara creyente por que ha creído, María no es grande simplemente por su maternidad biológica sino por haber acogido con gran fe el llamado de Dios a ser Madre del Salvador, ha sabido guardar y escuchar a Dios dentro de su corazón humano. María lo medito y lo puso en práctica, así cumpliendo lo que un verdadero creyente debe hacer cuando es llamado por Dios.
    María la evangelizadora. María ofrece desde su sencillez la salvación de Dios en el mundo, que ha acogido su propio hijo. María nos muestra como debe ser un verdadero evangelizador. No solo con gestos y palabras sino siempre llevando el amor de Jesucristo y el espíritu Santo donde iba. Este es el acto esencial de un evangelizador.
    María portadora de alegría. El saludo de María emite un gran efecto de alegría que brota de su hijo Jesús, ella ha sido la primera en escuchar el llamado a la alegría ¨ALEGRATE MARIA¨ El Señor esta contigo. Ahora María desde una actitud de servicio y de ayuda a los que lo necesitan. María irradia la Buena Noticia de Jesús, ella siempre lleva a Cristo consigo. Ella es el primer ejemplo de evangelizador gozoso.


    ¿POR QUÉ SECUESTRAN NIÑOS?





    ¿POR QUÉ SECUESTRAN NIÑOS?

    Autor: Margarita de Jesus HMSP

    «Porque no estamos luchando contra poderes humanos, sino contra malignas fuerzas espirituales del cielo, las cuales tienen mando, autoridad y dominio sobre el mundo de las tinieblas que nos rodea» (Ef 6, 12).

    El día 5 de septiembre inician los ritos satánicos que preparan para la gran noche del 31 de octubre –noche de Halloween-, cuando da inicio el año satánico; la preparación comienza 5 semanas antes. En esas 5 semanas se roban Hostias consagradas, se profanan Iglesias, secuestran niños e inclusive mascotas.

    Con los sacrificios se consolidan pactos y se  adquieren poderes, que otorga el diablo  gradualmente de acuerdo al sacrificio ofrecido. A lo largo de las 5 semanas y principalmente la noche del 31 de octubre, se ofrecen animales, jovencitas vírgenes, niños menores de 7 años. El máximo sacrificio que es el ofrecimiento de un bebé menor a 7 meses «no bautizado». Se sacrifica la víctima luego se bebe la sangre y se come el corazón. Cuando alguien se consagra sacerdote de satanás se realiza este último sacrificio.

    Lamentablemente, los grupos satánicos han tenido un apogeo tremendo en los últimos años; ligado al narcotráfico, el éxito en negocios como los centros nocturnos para divertir y pervertir a las masas; para acrecentar el éxito en el consumo de bebidas alcohólicas…

    Es preciso volver a los gestos religiosos que son una bendición necesaria para librar los males que nos acechan, con gestos claros:

    -          Bautizar a los niños cuanto antes.
    -          Participar en la Misa al menos el domingo y en los sacramentos
    -          Bendecir a los hijos al salir de casa
    -          Consagrar a los niños a la Virgen María
    -          Darles un escapulario, un crucifijo, un Sagrado Corazón
    -          Tener en casa un altar con un Cristo, una imagen de la Virgen, las Sagradas Escrituras.
    -          También entre los esposos deben bendecirse el uno al otro

    Quitar absolutamente:

    -          Las  películas de terror
    -          Acudir a brujería, lectura de cartas, horóscopos, juegos esotéricos (quija, Charly-charly)
    -           Juegos electrónicos y de video que contienen violencia o terror…
    -          Los tatuajes que plasman calaveras, armas, signos de la new age…
    -          Los colores y plantes como amuletos, inciensos, aromatizantes, amuletos… son formas de sellar pertenencia a determinada deidad.

    Recordar que los medios de salvación que nos da la iglesia son la Palabra de Dios y los sacramentos que son: el bautismo, la confirmación, matrimonio, reconciliación o confesión, eucaristía, orden sacerdotal, unción de enfermos.