La conciencia es la voz interior en el hombre, que
le exige hacer el bien y evitar el mal. Es, a la vez,
la capacidad de poder diferenciar el uno del otro.
En la conciencia, que es testigo de la Verdad, Dios
habla al hombre. [17761779]
La conciencia es comparada con una voz interior en la
que Dios mismo se muestra dentro del hombre. Es Dios
quien se hace perceptible en la conciencia. Cuando
decimos: «Esto no puedo conciliarlo con mi conciencia»,
para un cristiano quiere decir: «Esto no lo puedo hacer
en presencia de mi Creador». Por fidelidad a su
conciencia muchas personas han ido a la cárcel y han
sido ejecutadas. 120, 290292, 312, 333
300
I (1165), II
1776. ―En lo más profundo de su conciencia el hombre descubre una
ley que él no se da a sí mismo, sino a la que debe obedecer y cuya voz
resuena, cuando es necesario, en los oídos de su corazón, llamándole
siempre a amar y a hacer el bien y a evitar el mal [...]. El hombre tiene
una ley inscrita por Dios en su corazón [...]. La conciencia es el núcleo
más secreto y el sagrario del hombre, en el que está solo con Dios,
cuya voz resuena en lo más íntimo de ella‖ (GS 16).
1777. Presente en el corazón de la persona, la conciencia moral
(cf. Rm 2, 14-16) le ordena, en el momento oportuno, practicar el bien
y evitar el mal. Juzga también las opciones concretas aprobando las
que son buenas y denunciando las que son malas (cf. Rm 1, 32).
1954
1766, 2071
1749
1886
Atestigua la autoridad de la verdad con referencia al Bien supremo por
el cual la persona humana se siente atraída y cuyos mandamientos
acoge. El hombre prudente, cuando escucha la conciencia moral,
puede oír a Dios que le habla.
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