Una virtud es una actitud interior, una
disposición estable positiva, una pasión
puesta al servicio del bien. [1803, 1833]
«Sed perfectos como vuestro Padre celestial es
perfecto» (Mt 5,48). Es decir, tenemos que
transformarnos en el camino hacia Dios. Con
nuestras fuerzas humanas sólo somos capaces de
ello parcialmente. Dios apoya con su gracia las
virtudes humanas y además nos regala también
las llamadas virtudes teologales, con cuya ayuda
alcanzamos con seguridad la luz y la cercanía de
Dios. 293294
1803. ―Todo cuanto hay de verdadero, de noble, de justo, de puro, de
amable, de honorable, todo cuanto sea virtud y cosa digna de elogio,
todo eso tenedlo en cuenta‖ (Flp 4, 8).
La virtud es una disposición habitual y firme a hacer el bien.
Permite a la persona no sólo realizar actos buenos, sino dar lo mejor
de sí misma. Con todas sus fuerzas sensibles y espirituales, la persona
virtuosa tiende hacia el bien, lo busca y lo elige a través de acciones
concretas.
«El objetivo de una vida virtuosa consiste en llegar a ser semejante a
Dios» (San Gregorio de Nisa, De beatitudinibus, oratio 1
1833. La virtud es una disposición habitual y firme para hacer el
bien.
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