También la fe, la esperanza y la caridad son
verdaderas fuerzas, ciertamente concedidas
por Dios, que el hombre puede desarrollar y
consolidar con la ayuda de Dios para
obtener «vida abundante» (Jn 10,10). [1812
1813,18401841]
1812. Las virtudes humanas se arraigan en las virtudes teologales que
adaptan las facultades del hombre a la participación de la naturaleza
divina (cf. 2 P 1, 4). Las virtudes teologales se refieren directamente a
Dios. Disponen a los cristianos a vivir en relación con la Santísima
Trinidad. Tienen como origen, motivo y objeto a Dios Uno y Trino.
1813. Las virtudes teologales fundan, animan y caracterizan el obrar
moral del cristiano. Informan y vivifican todas las virtudes morales.
Son infundidas por Dios en el alma de los fieles para hacerlos capaces
de obrar como hijos suyos y merecer la vida eterna. Son la garantía de
la presencia y la acción del Espíritu Santo en las facultades del ser
humano. Tres son las virtudes teologales: la fe, la esperanza y la
caridad (cf. 1 Co 13, 13)
1840. Las virtudes teologales disponen a los cristianos a vivir en
relación con la Santísima Trinidad. Tienen como origen, motivo y
objeto, a Dios conocido por la fe, esperado y amado por Él mismo.
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