domingo, 25 de agosto de 2019

INFIDELIDAD VIRTUAL: Duro golpe a la familia



Por tanto, hermanos míos, les ruego por la misericordia de Dios que se presenten ustedes mismos como ofrenda viva, santa y agradable a Dios. Éste es el verdadero culto que deben ofrecer. No vivan ya según los criterios del tiempo presente; al contrario, cambien su manera de pensar para que así cambie su manera de vivir y lleguen a conocer la voluntad de Dios, es decir, lo que es bueno, lo que le es grato, lo que es perfecto (Rm 12, 1-2).

La evolución tecnológica ha revolucionado la forma de comunicación social, transformando las relaciones humanas; la llegada de las redes sociales ha ampliado las relaciones interpersonales; ahora se puede tener amigos de todo el mundo. Esta comunicación virtual es la novedad y el atractivo de los medios  electrónicos para gente de todas las edades.
De manera virtual y por redes sociales, se experimenta una especie de libertad para expresarse, de buena o mala manera, partiendo del principio del anonimato, a distancia y de modo impersonal. Los medios virtuales con sus emoticones, stickers y gifs simplifican la comunicación; al mismo tiempo, suscitan emociones y, aparentemente, no comprometen en nada a los comunicadores.
Pues bien, son muchos los casos de personas que establecen relaciones íntimas por medios electrónicos, lo mismo hombres que mujeres; comprometiendo su tiempo, atención, emociones e incluso la economía; en este sentido es claro que la infidelidad virtual es verdadera  infidelidad.
Para muchas personas no es infidelidad y pecado, al piensan que por no haber contacto físico, el adulterio no es tal; puesto que cada uno continua viviendo en su casa, con su esposo o esposa -quizá alguno de los dos es soltero-, e incluso cumplen en lo posible, con las exigencias económicas y de vida familiar.
Tal parece que el adormecimiento de la conciencia nos hace relativizar la magnitud de la ofensa que se hace a la persona a la que se debe fidelidad y, en muchos casos, a la alianza hecha delante de Dios, cuando está de por medio el sacramento del matrimonio.
Ahora bien, el amor entre los esposos pide de manera natural la reciproca fidelidad y la esclusividad en las expresiones corporales propias de la intimidad, para alcanzar mayor realización como esposo o esposa. La infidelidad virtual es causante de frustración; es decir, se deja de dar frutos en el amor esponsal. En esta exclusividad se dan los frutos más hermosos: los hijos y el amor correspondido de los  esposos que genera confianza para enfrentar la vida.
El texto biblico citado al principio es una invitación a transformar nuestra manera vivir a partir de nuestra  manera de pensar. El lamentable  permisivismo en el que  estamos viviendo nos hace creer que si la mayoría lo hace entonces es normal, se tiene menos culpa, o bien, se minimizan las propias faltas al mirar las faltas de otros y de esta manera la corrupción de la infidelidad tiene una puerta muy amplia.


Autor: Margarita de Jesus

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