Se actúa justamente estando siempre
pendiente de dar a Dios y al prójimo lo que
les es debido. [1807,1836]
El principio de la justicia dice: «A cada uno lo
suyo». Un niño discapacitado debe ser apoyado de
un modo diferente a uno superdotado, de forma
que ambos reciban lo que necesitan. La justicia se
esfuerza por la compensación y anhela que los
hombres reciban lo que les es debido. También
ante Dios debemos dejar que reine la justicia y
darle lo que es suyo: nuestro amor y adoración.
1807. La justicia es la virtud moral que consiste en la constante y
firme voluntad de dar a Dios y al prójimo lo que les es debido. La
justicia para con Dios es llamada ―la virtud de la religión‖. Para con
los hombres, la justicia dispone a respetar los derechos de cada uno y a
establecer en las relaciones humanas la armonía que promueve la
equidad respecto a las personas y al bien común. El hombre justo,
evocado con frecuencia en las Sagradas Escrituras, se distingue por la
rectitud habitual de sus pensamientos y de su conducta con el prójimo.
―Siendo juez no hagas injusticia, ni por favor del pobre, ni por respeto
al grande: con justicia juzgarás a tu prójimo‖ (Lv 19, 15). ―Amos, dad
a vuestros esclavos lo que es justo y equitativo, teniendo presente que
también vosotros tenéis un Amo en el cielo‖ (Col 4, 1).
1836. La justicia consiste en la constante y firme voluntad de dar a
Dios y al prójimo lo que les es debido.
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