Quien peregrina «ora» con los pies y experimenta con todos los sentidos que
toda su vida es un único gran camino hacia Dios. [1674]
Ya en el antiguo Israel se peregrinaba al Templo de Jerusalén. Los cristianos retomaron
esta costumbre. De este modo, especialmente en la Edad Media, surgió un verdadero
movimiento de peregrinaciones a los lugares santos (especialmente a Jerusalén y a las
tumbas de los apóstoles en Roma y Santiago de Compostela). Con frecuencia se
peregrinaba para hacer penitencia, y a veces la peregrinación no estaba libre de falso
pensamiento de que había que justificarse ante Dios mediante una acción autotorturadora. Hoy las peregrinaciones experimentan un renacimiento único. Los
hombres buscan la paz y la fuerza que brotan de los lugares santos. Están cansados del
individualismo, quieren salir de la rutina diaria, liberarse de lastres y ponerse en
marcha hacia Dios.
1674. Además de la liturgia sacramental y de los sacramentales, la
catequesis debe tener en cuenta las formas de piedad de los fieles y de
religiosidad popular. El sentido religioso del pueblo cristiano ha
encontrado, en todo tiempo, su expresión en formas variadas de piedad
en torno a la vida sacramental de la Iglesia: tales como la veneración
de las reliquias, las visitas a santuarios, las peregrinaciones, las
procesiones, el vía crucis, las danzas religiosas, el rosario, las
medallas, etc. (cf. Concilio de Nicea II: DS 601; 603; Concilio de
Trento: DS 1822).
No hay comentarios.:
Publicar un comentario