Somos felices confiando en las palabras de
Jesús en las bienaventuranzas. [17161717]
El Evangelio es una promesa de felicidad para
todas las personas que quieran recorrer los
caminos de Dios. Especialmente en las
bienaventuranzas (Mt 5,312) Jesús nos ha dicho
concretamente que contaremos con una
BENDICIÓN infinita si seguimos su estilo de
vida y buscamos la paz con un corazón limpio
1717. Las bienaventuranzas dibujan el rostro de Jesucristo y
describen su caridad; expresan la vocación de los fieles asociados a la
gloria de su Pasión y de su Resurrección; iluminan las acciones y las
actitudes características de la vida cristiana; son promesas paradójicas
que sostienen la esperanza en las tribulaciones; anuncian a los
discípulos las bendiciones y las recompensas ya incoadas; quedan
inauguradas en la vida de la Virgen María y de todos los santos.
1716. Las bienaventuranzas están en el centro de la predicación de
Jesús. Con ellas Jesús recoge las promesas hechas al pueblo elegido
desde Abraham; pero las perfecciona ordenándolas no sólo a la
posesión de una tierra, sino al Reino de los cielos:
«Bienaventurados los pobres de espíritu,
porque de ellos es el Reino de los cielos.
Bienaventurados los mansos,
porque ellos poseerán en herencia la tierra.
Bienaventurados los que lloran,
porque ellos serán consolados.
Bienaventurados los que tienen hambre y sed de justicia,
porque ellos serán saciados.
Bienaventurados los misericordiosos,
porque ellos alcanzarán misericordia.
Bienaventurados los limpios de corazón,
porque ellos verán a Dios.
Bienaventurados los que buscan la paz,
porque ellos serán llamados hijos de Dios.
Bienaventurados los perseguidos por causa de la justicia,
porque de ellos es el Reino de los cielos.
Bienaventurados seréis cuando os injurien, os persigan y digan con
mentira toda clase de mal contra vosotros por mi causa. Alegraos y
regocijaos, porque vuestra recompensa será grande en los cielos»
(Mt 5,3-12
No hay comentarios.:
Publicar un comentario