martes, 6 de agosto de 2019

¿SOMOS AGRADECIDOS CON DIOS?




¿SOMOS AGRADECIDOS CON DIOS?

Autor: Freddie Loya

Uno de los sentimientos más profundos y apremiantes que desde que nacimos hemos aprendido y se arraiga en el ser humano es la gratitud. Desde pequeños nos enseñan a dar gracias, pues el agradecimiento es una actitud en respuesta a lo que la vida no va dando. Vivir en un compartimiento contrario nos acredita a ser desagradecidos y eso más que hacernos crecer nos hace ser diminutas personas a los ojos de Jesús.
Desafortunadamente somos los seres humanos que a veces nos comportamos de manera desagradecida a falta de amor. Nos acordamos de Dios para expresar rigorosamente quejas, lamentos o pedimos auxilio en momentos de necesidad. No nos nace el agradecimiento profundo o alabanza por lo bueno que hay en nuestras vidas, que es en cierta manera es  afortunada.
Mucho de lo que no sabemos agradecer es porque no hemos notado lo positivo que nos da la vida. Siempre hay un porque asombrarnos ante tanto bueno que hace Dios; el sol cada mañana, el misterio de nuestro cuerpo, el despertar de cada día, la alegría del encuentro, el placer, el descanso reparador, la música de las aves, lo maravilloso que nuestra vista puede ver, la naturaleza, la fe , la familia. No se trata de vivir con espíritu observador sino estar atentos a los regalos que nos da la vida en lo que pareciera que es simple pero realmente es grande porque eso alegra nuestro espíritu.
Esto se aprecia no de la nada si no como un don divino que procede de Dios eterno, fuente y origen ultimo de todo bien. Se podría decir que la vida se convierte en oración y alabanza, a pesar de los malos ratos de la vida, fracasos, y nuestros pecados. Comprendiendo que ese mal rato no perdurara mucho en cambio debemos aprender a tomar lo que Dios ha permitido o lo que nosotros por mal uso de la libertad hemos de pasar. Cuando aprendemos a vivir y agradecer todo lo que nos viene de la vida se podría decir que nuestra ser se convierte en alabaza.
Cuando aprendemos a reaccionar con gozo lo que nos viene de la vida, estaríamos viviendo en un profundo agradecimiento y aprenderíamos a vivir con alegría sabiendo que todo lo que permite es por el bien de los que ama Dios. Podríamos recibir varias opiniones de alegría la cual mucha gente la desacredita. Muchos la ven como una virtud que procede de algo efímero palpable. Pero la alegría muchas veces procede desde la raíz existencial que Dios experimenta junto con nosotros en el amor latente de cada paso que damos.
Kierkegaard decía: Todo lo que en verdad quiere tener relación con Dios tiene más que una tarea el estar siempre alegres.
La oración y la alabanza es la manifestación de un dinamismo oportuno de una vida sana y acertada que vive momentos con Dios, quien todavía no puede realizar su interior nunca logra ser feliz y se convierte en una persona enferma que no encuentra el motivo a su existir. Los diez leprosos quedan curados de una terrible enfermedad pero solo uno vuelve a glorificar  a Jesús y eso se debe que él ha encontrado la alegría en el gozo en  respuesta de una gratitud interior que en conlleva  a una salvación diciendo Jesús: Tu fe te ha salvado. Pero solo el que responde con gratitud ese solo gozara de la salvación.
Como cristiano eso nos invita a que nuestra vida sea una constante oración y alabanza y así podemos vivir en gratitud, podemos responder como el leproso que independiente de nuestro pecado y la vida que hayamos llevado aunque sea mínima la esperanza podemos alcanzar salvación.

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