UN CORAZON CADA DIA MÁS LEJOS DE DIOS
Autor: Freddie Loya
En todo el mundo observamos cada día
mucha gente hablando de la
secularización y perdida de fe, pero también hemos de observar gente que
sigue siendo bastante religiosa más religiosa de lo que se piensa, en muchas
iglesias se siguen bautizando niños, enterrando a los muertos y celebrando bodas.
No es tan fácil explicar por qué.
Pero lo real es que se hace. Tenemos hábitos de costumbre sin saber el
significado. Ser convencional se impone y hemos de observar mucha gente que
busca el modo de estar bien con Dios y de una u otra manera buscar una cierta
protección.
Pero lo que se lamenta mucho uno
es que estos ritos a celebrar muchas veces no son ritos sinceros sino de un
cumplimiento pareciera que es mejor quedar bien con la sociedad que con Dios,
todo queda reducido a un compadrazgo convenenciero o solo vivir una fiesta que
se gaste mucho dinero sin entender o llevar un compromiso a Dios y a la vida.
Y cuando hay alguien que surge
con ideas de ayudar a los fieles de mejorar el pastoreo, levantar la obra de
Dios nos volvemos apáticos e incluso buscamos pretextos, queremos muchas veces
hacer una iglesia a mi estilo y forma.
Podemos traer las palabras del
profeta Isaías citadas por Jesús para criticar el culto rutinario y de manera vacía
que se celebraba en ese tiempo.
Pero hablemos de lo que Jesús quiere
en cada uno de nosotros en cada encuentro que tenemos. El culto que agrada a
Dios es cuando uno mismo se ofrece , cuando uno mismo observa y analiza la
profundidad de lo importante que es cada signo y sacramento que vivimos, debe
ser un experimentar con alegría y compromiso, gozarnos en su amor salvador ,
comprender que cada rito , ceremonia, nos santifica nos transfiguramos cada día
mas a Jesús , pero eso solo ocurre cuando preparamos nuestro corazón y
contestamos a la llamada de vivir a una vida más fiel al evangelio de
Jesucristo e involúcranos en el proyecto de Dios.
Debemos aceptar que muchos de los
ritos no los entendemos y más cuando no nos preocupamos por aprender de ellos
pero lo que si podemos saber es que desde la intimad con Dios podemos pedir el
don de la fe que nos ayude a ir madurando paso a paso para algún día disfrutar
todo los ritos de manera que sea una necesidad, que siempre tengamos una hambre
y sed de ello y lograr aunque no la plenitud si una gran parte.
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