OBJECIÓN
¿Quién
escribió la Biblia y cuántos son los libros que la componen?
La
Biblia un patrimonio de la Iglesia católica
La palabra Biblia viene del griego y
significa «libros», no se trata de un solo libro, sino de un conjunto de 73 libros,
exactamente: 46 pertenecen al Antiguo Testamento y 27 al Nuevo Testamento.
El Antiguo Testamento fue escrito en el
transcurso de casi mil años por varios autores, y es una
preparación a la definitiva Alianza entre
Dios y los hombres, sellada con la sangre de Cristo. El Nuevo Testamento nos
presenta la gran manifestación del amor de Dios mediante su
Hijo, hecho hombre. Nuestro Señor Jesucristo no escribió obra alguna. Los 27 libros del Nuevo
Testamento fueron escritos casi todos por sus Apóstoles y por otros discípulos suyos, a lo largo s. I.
En el s. IV a petición del papa san Dámaso se recopilan los 73 libros de la Biblia en un trabajo dirigido por
san Jerónimo; los escritos originales en
hebreo, arameo y griego fueron traducidos al idioma de su tiempo, latín. Posteriormente en el s. XII Esteban Langton (1150-1228) sacerdote y profesor de teología
en la Sorbona de Paris y luego obispo de Canterbury hizo la división de la
Biblia en capítulos, para mayor practicidad al localizar un texto. En el s. XV Santos Pagnino (1470-1541) monje dominico, junto con otros contemporáneos realizan la división de la Biblia en versículos.
Respecto al número de los libros inspirados, hay cierta dificultad entre la Iglesia
Católica y las múltiples denominaciones protestantes, pero
la discrepancia no es tan importante como se creyó en un tiempo. Los libros de Tobías, Judit, Sabiduría, Eclesiástico, Baruc, los dos libros de los Macabeos y algunos fragmentos de
Ester (10, 4; 16, 24) y de Daniel (3, 24-90; 13, 14), llamados deuterocanonicos,
son el motivo de la controversia: mientras los católicos los aceptamos como parte de la revelación divina, los otros grupos no. Desde finales del s. III, estos libros
entraron en le canon Alejandrino, que era el más utilizado por los judios de la «diaspora»
así como por los Apóstoles y la Iglesia Primitiva. Este canon es la lista de libros en
hebreo traducidos al griego por los «70 sabios» de Alejandría, hacia el año 150 a. C. (Biblia «de los Setenta»). La Biblia que usaban los judíos de habla
semítica no contenían estos 7 libros. Por este motivo, fueron
llamados «Deuterocanónicos».
Jesucristo nunca citó expresamente dichos libros Deuterocanónicos; pero de las 350 citas del Antiguo
Testamento contenidas en el Nuevo, 300 están directamente tomadas de la versión griega «de los setenta». Dieciocho de estas citas están tomadas de la Sabiduría, Eclesiástico y Judit.
Estos libros debieron ser familiares a los
cristianos de los primeros siglos, pues en las catacumbas se han encontrado
pinturas que se refieren a ellos. Una de estas pinturas es la escena de Susana
con los ancianos que la calumniaron (Dn 13).
Aproximadamente hasta el año 200 d. C., estos libros fueron propiedad
indiscutida de la Iglesia. Pero llegó un momento
en que no parecieron tan adecuados para el diálogo con los judíos, que hacia el año 100 habían vuelto al canon hebreo. Esta cuestión se convirtió entonces en motivo de discusión dentro de la primitiva Iglesia.
Antes que el Concilio de Trento (1546)
fijara definitivamente el número de los libros de la Biblia, éstos ya habían sido aprobados por los concilios de Cartago (397), Hipona (393) y
Laodicea (363). También los Papas Inocencio (401),
Gelasio (492-496) y Dámaso (366-384) habían aprobado su uso. Y el concilio de Florencia
(1441) había fijado el mismo número de libros.
De manera que
para cuando M. Lutero, se separa de la Iglesia católica se lleva la Biblia
consigo, de la que reconocerá sólo 66 libros, se lleva consigo el legado de un
trabajo de Gigantes realizado dentro de la Iglesia Católica.
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