No. Ningún hombre puede alcanzar el cielo
simplemente por sus propias fuerzas. Ser
redimidos es pura gracia de Dios que, sin
embargo, exige la cooperación libre del
hombre, que es meritoria por gracia. [2006
2011, 20252027]
Por más que seamos salvados por la gracia y por
la fe, tanto más debe mostrarse en nuestras
buenas obras el amor que hace brotar la acción de
Dios en nosotros.
2006. El término ―mérito‖ designa en general la retribución debida
por parte de una comunidad o una sociedad a la acción de uno de sus
miembros, considerada como obra buena u obra mala, digna de
recompensa o de sanción. El mérito corresponde a la virtud de la
justicia conforme al principio de igualdad que la rige.
2011. La caridad de Cristo es en nosotros la fuente de todos nuestros
méritos ante Dios. La gracia, uniéndonos a Cristo con un amor activo,
asegura el carácter sobrenatural de nuestros actos y, por consiguiente,
su mérito tanto ante Dios como ante los hombres. Los santos han
tenido siempre una conciencia viva de que sus méritos eran pura
gracia.
«Tras el destierro en la tierra espero gozar de ti en la Patria, pero no
quiero amontonar méritos para el Cielo, quiero trabajar sólo por vuestro
amor [...] En el atardecer de esta vida compareceré ante ti con las manos
604
1998
492
1460
459
915, 2545
825
774
vacías, Señor, porque no te pido que cuentes mis obras. Todas nuestras
justicias tienen manchas a tus ojos. Por eso, quiero revestirme de tu
propia Justicia y recibir de tu Amor la posesión eterna de ti mismo»
(Santa Teresa del Niño Jesús, Acte d'offrande á l'Amour miséricordieux:
Récréations pieuses-Priéres)
2027. Nadie puede merecer la gracia primera que constituye el
inicio de la conversión. Bajo la moción del Espíritu Santo podemos
merecer en favor nuestro y de los demás todas las gracias útiles para
llegar a la vida eterna, como también los necesarios bienes
temporales.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario