Toda sociedad se fundamenta en una jerarquía de
valores que se realiza mediante la justicia y la
caridad. [18861889,18951896]
Ninguna sociedad puede perdurar si no se fundamenta en
valores que se reflejen en una ordenación justa de las
relaciones y en una consecución activa de la justicia. Así,
el hombre no puede convertirse nunca en un medio para el
fin de la acción social. Toda sociedad necesita
constantemente la conversión de las estructuras injustas.
En definitiva esto sólo lo logra la caridad, el mayor
mandamiento social. Ella respeta a los otros. Exige
justicia. Hace posible la conversión de las relaciones
equivocadas. 449
1886. La sociedad es indispensable para la realización de la vocación
humana. Para alcanzar este objetivo es preciso que sea respetada la
justa jerarquía de los valores que subordina las dimensiones
―materiales e instintivas‖ del ser del hombre ―a las interiores y
espirituales‖ (CA36):
«La sociedad humana [...] tiene que ser considerada, ante todo, como una
realidad de orden principalmente espiritual: que impulse a los hombres,
iluminados por la verdad, a comunicarse entre sí los más diversos
conocimientos; a defender sus derechos y cumplir sus deberes; a desear
los bienes del espíritu; a disfrutar en común del justo placer de la belleza
en todas sus manifestaciones; a sentirse inclinados continuamente a
compartir con los demás lo mejor de sí mismos; a asimilar con afán, en
provecho propio, los bienes espirituales del prójimo. Todos estos valores
informan y, al mismo tiempo, dirigen las manifestaciones de la cultura, de
la economía, de la convivencia social, del progreso y del orden político,
del ordenamiento jurídico y, finalmente, de cuantos elementos
constituyen la expresión externa de la comunidad humana en su incesante
desarrollo» (PT 36).
1889. Sin la ayuda de la gracia, los hombres no sabrían ―acertar con
el sendero a veces estrecho entre la mezquindad que cede al mal y la
violencia que, creyendo ilusoriamente combatirlo, lo agrava‖ (CA 25).
Es el camino de la caridad, es decir, del amor de Dios y del prójimo.
La caridad representa el mayor mandamiento social. Respeta al otro y
sus derechos. Exige la práctica de la justicia y es la única que nos hace
capaces de ésta. Inspira una vida de entrega de sí mismo: ―Quien
intente guardar su vida la perderá; y quien la pierda la conservará‖
(Lc 17, 33)
1895. La sociedad debe favorecer el ejercicio de las virtudes, no ser
obstáculo para ellas. Debe inspirarse en una justa jerarquía de
valores.
1896. Donde el pecado pervierte el clima social es preciso apelar a
la conversión de los corazones y a la gracia de Dios. La caridad
empuja a reformas justas. No hay solución a la cuestión social fuera
del Evangelio.
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