martes, 3 de septiembre de 2019

321. ¿Puede un cristiano ser un puro individualista? -CATEQUESIS-



No, un cristiano no puede ser nunca un puro  individualista, porque el hombre está destinado a la  vida social por su propia naturaleza. [1877­ 1880,1890­1891] Todo hombre tiene un padre y una madre; recibe ayuda de  otros y está obligado a ayudar a otros y a desarrollar sus  talentos a favor de todos. Puesto que el hombre es  «imagen» de Dios, refleja en cierto modo a Dios, que no  está solo en su profundidad, sino que es trino (y con ello  amor, diálogo e intercambio). Por último es el amor, el  mandamiento central de todos los cristianos, por el cual  en el fondo pertenecemos a un mismo grupo y somos  referencia unos de otros de un modo fundamental:  «Amarás a tu prójimo como a ti mismo» (Mt 22,39).

1880. Una sociedad es un conjunto de personas ligadas de manera orgánica por un principio de unidad que supera a cada una de ellas. Asamblea a la vez visible y espiritual, una sociedad perdura en el tiempo: recoge el pasado y prepara el porvenir. Mediante ella, cada hombre es constituido ―heredero‖, recibe ―talentos‖ que enriquecen su identidad y a los que debe hacer fructificar (cf. Lc 19, 13.15). En verdad, se debe afirmar que cada uno tiene deberes para con las comunidades de que forma parte y está obligado a respetar a las autoridades encargadas del bien común de las mismas.

1890. Existe una cierta semejanza entre la unidad de las personas divinas y la fraternidad que los hombres deben instaurar entre sí. 

1891. Para desarrollarse en conformidad con su naturaleza, la persona humana necesita la vida social. Ciertas sociedades como la familia y la ciudad, corresponden más inmediatamente a la naturaleza del hombre 

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