lunes, 23 de septiembre de 2019

335. ¿Qué importancia tiene la «ley» de la Antigua Alianza?- CATEQUESIS-



En la «ley» (la Torá) y su núcleo, los Diez Mandamientos (el DECÁLOGO), se  presenta al pueblo de Israel la voluntad de Dios; el seguimiento de la Torá es  para Israel el camino central para la salvación. Los cristianos saben que  mediante la «ley» se conoce lo que hay que hacer. Pero saben también que la  «ley» no es la que salva. [1963­1964,1981­1982] Todo hombre tiene la experiencia de que uno se encuentra con lo bueno como si  estuviera «prescrito», Pero no se tiene la fuerza de llevarlo a cabo, es muy difícil, uno  se siente «impotente» (cf, Rom 8,3 y Rom 7,14­25). Uno ve la «ley» y se siente como  entregado en poder del pecado, De este modo se hace patente, precisamente mediante  la «ley», cuánto dependemos de la fuerza interior para cumplir la ley. Por eso la «ley»,  por buena e importante que sea, sólo nos prepara para la fe en el Dios salvador. 349

1963. Según la tradición cristiana, la Ley santa (cf. Rm 7, 12) espiritual (cf. Rm 7, 14) y buena (cf. Rm 7, 16) es todavía imperfecta. Como un pedagogo (cf. Ga 3, 24) muestra lo que es preciso hacer, pero no da de suyo la fuerza, la gracia del Espíritu para cumplirlo. A causa del pecado, que ella no puede quitar, no deja de ser una ley de servidumbre. Según san Pablo tiene por función principal denunciar y manifestar el pecado, que forma una ―ley de concupiscencia‖ (cf. Rm 7) en el corazón del hombre. No obstante, la Ley constituye la primera etapa en el camino del Reino. Prepara y dispone al pueblo elegido y a cada cristiano a la conversión y a la fe en el Dios Salvador. Proporciona una enseñanza que subsiste para siempre, como la Palabra de Dios

1964. La Ley antigua es una preparación para el Evangelio. ―La ley es profecía y pedagogía de las realidades venideras‖ (San Ireneo de Lyon, Adversus haereses, 4, 15, 1). Profetiza y presagia la obra de liberación del pecado que se realizará con Cristo; suministra al Nuevo Testamento las imágenes, los ―tipos‖, los símbolos para expresar la vida según el Espíritu. La Ley se completa mediante la enseñanza de los libros sapienciales y de los profetas, que la orientan hacia la Nueva Alianza y el Reino de los cielos. «Hubo [...], bajo el régimen de la antigua Alianza, gentes que poseían la caridad y la gracia del Espíritu Santo y aspiraban ante todo a las promesas 2058 1610 2542 2515 122 1828 459 581 715 1999 577 espirituales y eternas, en lo cual se adherían a la ley nueva. Y al contrario, existen, en la nueva Alianza, hombres carnales, alejados todavía de la perfección de la ley nueva: para incitarlos a las obras virtuosas, el temor del castigo y ciertas promesas temporales han sido necesarias, incluso bajo la nueva Alianza. En todo caso, aunque la ley antigua prescribía la caridad, no daba el Espíritu Santo, por el cual ―la caridad es difundida en nuestros corazones‖ (Rm 5,5)» (Santo Tomás de Aquino, Summa theologiae, 1-2, q. 107, a. 1, ad 2).

No hay comentarios.:

Publicar un comentario