Trabajar por el BIEN COMÚN quiere decir
asumir responsabilidades en favor de los demás.
[19131917,1926]
El BIEN COMÚN debe ser cosa de todos. Esto se da en
primer lugar cuando las personas se comprometen en
su ambiente concreto familia, vecindario, trabajo y
asumen responsabilidades. Implicarse también en
responsabilidades sociales y políticas es importante.
Pero quien asume una responsabilidad, ejerce el poder
y está siempre en peligro de abusar de este poder. Por
eso todo responsable está llamado a un proceso
continuo de conversión, para poder ejercer el cuidado de
los otros en justicia y en caridad permanentes.
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I (1165), II (166278), III (279468),
1913. La participación es el compromiso voluntario y generoso de la
persona en los intercambios sociales. Es necesario que todos
participen, cada uno según el lugar que ocupa y el papel que
desempeña, en promover el bien común. Este deber es inherente a la
dignidad de la persona humana.
1917. Corresponde a los que ejercen la autoridad reafirmar los valores
que engendran confianza en los miembros del grupo y los estimulan a
ponerse al servicio de sus semejantes. La participación comienza por
la educación y la cultura. ―Podemos pensar, con razón, que la suerte
futura de la humanidad está en manos de aquellos que sean capaces de
transmitir a las generaciones venideras razones para vivir y para
esperar‖ (GS 31).
1926. La dignidad de la persona humana implica la búsqueda del
bien común. Cada cual debe preocuparse por suscitar y sostener
instituciones que mejoren las condiciones de la vida humana.
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