¿DERECHOS SEXUALES Y REPRODUCTIVOS?
Los griegos llamaban sofismos a las
mentiras con apariencia de verdad. La palabra sofista en griego significa
sabio, pero dado que los aparentes sabios con el tiempo se descubrieron como
mentirosos, entonces la palabra sofista, paso a ser un despectivo y una forma
de calificar a un charlatán.
También hoy existen sofistas que con
argumentos viciados: “sofismas” que hacen alarde de sabiduría.
De esta manera
han surgido los llamados derechos sexuales y
reproductivos; se trata de un discurso reciente, que a la letra dice de la
siguiente manera: <<Los derechos
sexuales y reproductivos son los mismos derechos humanos interpretados desde la
sexualidad y desde la reproducción, son los más humanos de todos los derechos y
representan el pilar fundamental para el ejercicio de la ciudadanía, entendida
más allá de la simple posibilidad de tomar decisiones en el ámbito público; ya
que implica la posibilidad de mujeres y hombres de tomar decisiones autónomas
sobre su propio cuerpo y vida en los campos de la sexualidad y la reproducción. ¿Si a los hombres y mujeres como
ciudadanos y ciudadanas les es permitido decidir el destino de sus países, cómo
se les puede privar de tomar decisiones acerca del destino de sus cuerpos?
Dichos argumentos leídos con
superficialidad pueden parecer nobles y válidos; en realidad entrañan un golpe
a la dignidad humana. En primer lugar una ley no puede implementarse sin
considerar el bien de la persona y el orden social. Se pretende promover el ejercicio
de la sexualidad con libertad sin compromisos ni consecuencias; en este sentido,
lo peor que le puede pasar a una chica es quedar embarazada sin considerar que
puede contraer una enfermedad venérea, quedar enviciada con las relaciones
sexuales y todo lo que conlleva a su alrededor (pornografía, consumo de
anticonceptivos que atrofian el sano funcionamiento hormonal e incluso llegar a
un aborto). En concreto es darle rienda suelta a las hormonas sin que ello
implique responsabilidad. En estas libertades, la más perjudicada físicamente
es la mujer, el hombre lo es en menor grado, aunque en el sentido ético lo son
ambos.
Es muy interesante que todavía hace dos
décadas en el sistema educativo se distinguía la procreación de la
reproducción. Se enseñada que los animales se reproducen y los seres humanos
procrean; al parecer en esta “evolución social” se ha va ignorando nuestra
condición de persona: <<Ser individual de naturaleza racional>>. Es
decir, individuo que razona, juzga inteligentemente y ejerce su voluntad
distinguiendo lo bueno y lo malo, para elegir lo mejor por encima de las
apetencias.
A mi parecer se quiere hacer
irresponsables a las nuevas generaciones; hace tiempo no se promovía tanto la libertad
sexual y había menos divorcios, menos familias divididas, menos abortos, menos mujeres
traumadas por las experiencias postaborto, menos mamás solteras, menos
adolescentes embarazadas, menos gente con enfermedades de transmisión sexual.
Que un hombre fuera mujeriego antes
era un vicio ahora muchas mujeres quieren vivir ese desenfreno como un derecho
sin preocuparse más que por no quedar embarazadas. Elegir si desea reproducirse
o matar a sus hijos es deshumanizante e incapacita a la mujer para formar una
familia y asumir sólidamente el compromiso de ser constructora de la sociedad.
Vale la pena la reflexión sensata que
proyecta la inteligencia hacia el futuro y no sólo a satisfacciones efímeras que
lastiman al ser humano en el presente y ponen en riesgo el bien de su alma en
el mundo futuro.
Autor: Margarita de Jesús HMSP
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