lunes, 23 de septiembre de 2019

3.¿COMO ES EL CONTEXTO HISTÓRICO DE LA VIDA DE JESÚS? Exegesis



“Jesucristo sin escribir una sola línea, inspiró más sermones, oraciones, debates, libros, obras de arte y cantos de alabanza que todos los grandes hombres de la historia juntos”.
Philip Schaff.
Historiador del siglo XIX.

I.           CONTEXTO HISTÓRICO

Desde el año 63 a.C., Israel era una de las cincuenta provincias del vasto imperio romano que abarcaba casi toda Europa, el Norte de África y el Medio Oriente. Contaba con un sistema político y códigos civiles que todavía son conocidos hasta nuestros días. Poseía un enorme ejército bien disciplinado que aplastaba cualquier intento de subversión en sus territorios conquistados. Contaba con excelentes caminos que unían a Roma a las tierras más distantes gobernadas por los Césares, y mares limpios de piratas, facilitando así un rápido movimiento de tropas, esclavos, mercancía y víveres.

Al reconocer que el pueblo judío era una nación única, y que requería un trato especial, los romanos le concedieron privilegios excepcionales. Julio César colocó su religión en la categoría de aquéllas que estaban permitidas en forma oficial, y en el año 37 a.C., Herodes el Grande, quien, a pesar de ser idumeo de nacimiento, era judío de religión, fue nombrado para que gobernara Judea como rey subordinado.






Por ese tiempo, Israel tan sólo contenía un reducido número del grupo total de hebreos que estaban esparcidos a lo largo de todo el imperio. Desde la caída de Jerusalén en el año 586 a.C., su dispersión se extendió por medio de la política colonizadora de Alejandro Magno y los reyes antioquenos. Se podía encontrar en números considerables en todos los grandes centros comerciales y puertos marítimos, y donde quiera que residieran diez cabezas de familia se edificaba por lo general una sinagoga. En estas escuelas religiosas se reunían el sábado para oír la lectura de las Escrituras, y esta práctica junto con el rito de la circuncisión llegó a ser un vínculo de unidad y su distintivo de otras naciones, lo que aseguró su identidad como “pueblo escogido por Yavé”.

En las comunidades judías de las diásporas se hablaba el idioma griego, que era el lenguaje del comercio, la filosofía y la universidad. Este desarrollo se dejó sentir en la ciudad de Alejandría (Egipto) con la traducción de los textos vetero-testamentarios del hebreo al griego, y que es conocida como la versión de la septuaginta. Del mismo modo, muchos gentiles se sintieron atraídos por las enseñanzas de la torah en sus centros de culto, la majestad de un único y verdadero Dios (monoteísmo), las altas reglas morales y la esperanza en un mesías esperado y anunciado por los profetas. Este grupo se les conoció como los prosélitos justos, los cuales cumplían todo los preceptos y ritos de la ley mosaica, y en compañía de los hebreos peregrinaban al templo de Jerusalén para la fiesta de la Pascua (o el Pésaj).


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