Todos los hombres tienen la misma dignidad, pero no todos encuentran las mismas
condiciones de vida. Donde la desigualdad es causada por los hombres, está en
contradicción con el Evangelio. Donde los hombres han recibido de Dios diferentes
dones y talentos, es Dios quien nos remite unos a otros para que en la caridad uno
compense lo que le falta al otro. [19361938,19461947]
Existen desigualdades entre los hombres que no tienen su origen en Dios, sino que proceden de
condiciones sociales, especialmente del reparto injusto en todo el mundo de materias primas,
propiedades y capital. Dios nos obliga a eliminar del mundo todo aquello que está en abierta
oposición al Evangelio y menosprecia la dignidad de la persona. Pero hay también desigualdades
entre los hombres que sí corresponden a la voluntad de Dios: desigualdad en los talentos, en las
condiciones iniciales, en las posibilidades. En ello se esconde una indicación de que ser hombre
significa estar disponible para los demás en la caridad, compartir con ellos y hacer posible la vida.
61
1936. Al venir al mundo, el hombre no dispone de todo lo que es
necesario para el desarrollo de su vida corporal y espiritual. Necesita
de los demás. Ciertamente hay diferencias entre los hombres por lo
que se refiere a la edad, a las capacidades físicas, a las aptitudes
intelectuales o morales, a las circunstancias de que cada uno se pudo
beneficiar, a la distribución de las riquezas (GS 29). Los ―talentos‖ no
están distribuidos por igual (cf. Mt 25, 14-30, Lc 19, 11-27).
1938. Existen también desigualdades escandalosas que afectan a
millones de hombres y mujeres. Están en abierta contradicción con el
Evangelio:
«La igual dignidad de las personas exige que se llegue a una situación de
vida más humana y más justa. Pues las excesivas desigualdades
económicas y sociales entre los miembros o los pueblos de una única
familia humana resultan escandalosas y se oponen a la justicia social, a la
equidad, a la dignidad de la persona humana y también a la paz social e
internacional» (GS 29).
1947. La igual dignidad de las personas humanas exige el esfuerzo
para reducir las excesivas desigualdades sociales y económicas.
Impulsa a la desaparición de las desigualdades inicuas.
No hay comentarios.:
Publicar un comentario